El supuesto narco José Nelson Urrego lo confirmó ayer: colaboró con el Gobierno de Estados Unidos. Y, al momento de su detención en la isla de Chapera, seguía trabajando para la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). "Siempre estuve en comunicación con la DEA", dijo. "El problema es que no creo que un país [Estados Unidos] pueda tener ingerencia en un proceso judicial en otro país [Panamá]", agregó.
El colombiano, en una entrevista telefónica que concedió a La Prensa desde la cárcel, dijo incluso que el Ministerio Público secuestró uno de los teléfonos satelitales que utilizaba para comunicarse con el organismo de inteligencia estadounidense. "Cogieron el teléfono de ellos [de la DEA]".
Para reforzar su dicho, la defensa del acusado –procesado por supuesto blanqueo de capitales– aportó una visa del Gobierno de Estados Unidos que le permitía a Urrego ingresar a ese país por razones de "interés público" (ver facsímil). De acuerdo con el Departamento de Seguridad Pública de Estados Unidos, el estatus de "permiso de entrada por interés público" se le otorga a ciertas personas que normalmente no serían admitidas en Estados Unidos, pero que tienen luz verde para llegar allí porque son parte de un proceso legal o colaboran en un "beneficio público importante" para ese país. "Nunca me cancelaron la visa", confirmó el colombiano.
Según la visa, Urrego ingresó al país del norte cuatro veces durante 2007.
El acusado comenzó a trabajar con la DEA tras cumplir una pena de tres años y medio en la prisión de Picota, en Bogotá. Fue durante el año 2002. A raíz de su ayuda, Estados Unidos logró enjuiciar a siete altos jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de otros 43 miembros, según altos funcionarios estadounidenses citados por el Miami Herald.
El contacto de Urrego en aquella operación, que se inició cuando logró introducir en la cúpula de la guerrilla teléfonos satelitales intervenidos, era el ex director de la DEA en Panamá Art Ventura. "Era el canal", dijo Urrego sobre el ex funcionario.
El fiscal primero de Drogas, José Abel Almengor, confirmó que en la isla de Chapera se decomisó un teléfono satelital. No obstante, aclaró que no hay indicio que pruebe que ese aparato pertenecía a la DEA. Almengor aseguró que "es falso" que Urrego sea un agente encubierto del organismo de seguridad de Estados Unidos.
Dijo que pidió una asistencia, a través de su embajada, para que Estados Unidos ratificara si el colombiano era un informante de la DEA. "La respuesta niega el vínculo e incluso envía el prontuario", comentó el fiscal.
La Prensa accedió a la respuesta: según la DEA, la historia delictiva de Urrego empezó en 1982 y acabó en 2002. La fecha coincide con la época en que Urrego –alegó– empezó a ayudar al organismo.
"Por razones de seguridad y operativas, no haremos comentarios (ni para confirmar ni para negar) sobre si alguien actuó o no como informador o suministró asistencia a la DEA", señaló el vocero de la Embajada de Estados Unidos, Gavin Sundwall.
(Con información de José Otero, Rafael Luna Noguera y Santiago Fascetto).





