"Todos somos seres humanos y nos equivocamos, pero no por eso soy un asesino. Yo no halé el gatillo. Juro que no le disparé a nadie", dijo ayer el púgil panameño Vicente El Loco Mosquera, en las que se constituyen como sus primeras declaraciones desde que fue apresado, el 6 de septiembre pasado, como sospechoso en un homicidio ocurrido en el balneario El Manantial de Puerto Caimito, La Chorrera.
Procedente del centro penitenciario El Renacer, Mosquera acudió a la sede del Ministerio Público a primera hora de la mañana, a fin de ampliar la denuncia que formuló contra funcionarios de la Policía Nacional por abuso de autoridad y maltrato físico, tras los hechos ocurridos el 16 de julio de este año en San Joaquín,corregimiento de Pedregal, donde fue detenido y supuestamente golpeado luego de un tiroteo.
A diferencia de ocasiones anteriores, el púgil no fuehostil con los periodistas y en el corto trayecto hacia la subsecretaría general de la Procuraduría de la Nación, que realizó con esposas en las manos y grilletes en los pies, declaró de forma pausada y amable. "Me siento bien, aunque no sé por qué hacen esta maldad conmigo. Espero que con el favor de Dios todo esto se aclare pronto", dijo.
El boxeador afirmó no tener armas de fuego -con permisos ni sin estos- y aunque insistió en que como ser humano pudo haberse equivocado en su vida, no precisó a qué exactamente se refería.
Su abogado, Cristóbal Arboleda, admitió tener cierta aprehensión por posibles demoras en el caso, sobre todo por los grandes expedientes que ha recibido la Fiscalía Cuarta Superior -que lleva su caso-, concretamente el de las muertes por medicamentos contaminados con dietilene glycol y el del bus incendiado. Arboleda dijo que pedirá permiso para que Mosquera realice alguna cartelera boxística.

