Sucedió en Panamá. Hace una semana estaba programado un encuentro de solteros y solteras en un bar de la capital, pero el evento no se llevó a cabo por falta de hombres. Más de 300 mujeres llamaron porque querían asistir y solo 10 hombres mostraron interés.
Rogelio Morales, organizador del evento, aún está sorprendido por el impacto que causó la propuesta entre las mujeres. "Tuve que poner una contestadora de teléfono porque aún siguen llamando", dijo.
¿Faltan hombres? ¿Por qué le huyen al compromiso? ¿Es acaso esto una amenaza para el orden social en el país? O quizá se cumplió aquel viejo adagio que de solo nombrarlo hace que los hombres se sonrojen de la emoción: "Llegará el día en que a cada hombre le tocarán siete mujeres".
No es por falta de hombres, ya que las estadísticas son contundentes: en Panamá anualmente nacen 105 hombres por cada 100 mujeres, según la Dirección de Estadística y Censo de la Contraloría
Pero ocurre un fenómeno interesante. Las mujeres, en su mayoría, están concentradas en el área urbana, mientras que los hombres están en el campo. En el distrito de Panamá –donde viven 813 mil 97 personas– hay 8 mil 581 más mujeres. En la ciudad de David, con 138 mil 241 habitantes, hay 4 mil 343 más mujeres que hombres.
Por el contrario, en un distrito rural como Cañazas de Veraguas, donde viven 18 mil 733 personas, hay 2 mil 11 más hombres. En Tonosí, Los Santos, con 10 mil 193 habitantes, hay mil 21 más hombres.
"Mujeres, a correr a la campiña porque allá están los hombres", diría cualquier muchacha desesperada por encontrar pareja. No obstante, el sociólogo santeño Bolívar Franco piensa que el fenómeno es netamente cultural. "Las mujeres hoy emigran a las ciudades para formarse", asegura.
De hecho, en la Universidad de Panamá –principal centro de estudios del país– solo un tercio de los cerca de 70 mil estudiantes son hombres; el resto, mujeres. La tendencia se observa, además, en varias universidades privadas.
ELLAS HABLAN
María Méndez*, de 34 años, bonita, profesional con un trabajo envidiable y ante todo soltera dice que "el mercado está muy reducido".
"Los hombres de hoy no son como los de antes –como nuestros padres–, ahora quieren que todas las cosas se le hagan fáciles, que la mujer sea la que lo conquiste, que la mujer sea la que lo invite a comer, que sea la que le regale rosas y que sea la que le aporte dinero, y no al revés, porque eso sería mucho compromiso", asegura.
Victoria Castro* es la soltera ideal. Tiene 31 años, una maestría, habla cinco idiomas y posee unas exóticas facciones eurásicas. Sin embargo, ha tenido poca suerte en la búsqueda del hombre ideal. "Lo que sucede es que algunos hombres en el fondo le tienen miedo a una mujer exitosa, lo que en mi concepto es signo de inseguridad", dice.
Al respecto, Franco dice que esta teoría es válida, pero aclara que los hombres de ahora son más dados a disfrutar de su soltería y no están ávidos de adquirir compromisos.
Pero Castro respalda su visión con un final inesperado: "Tenía un novio al que no le importaba que yo hablara cinco idiomas, tuviera una maestría y un buen salario, todo lo que a él le importaba era que no sabía hacer el arroz".
* Los nombres fueron cambiados.
(Vea Viaje a China; en ese país los hombres sobran)

