Toda verdad tiene, al menos, dos caras. Y 26 años después de la desaparición física del "líder máximo de la Revolución", como se le conoce a Omar Torrijos Herrera dentro del oficialismo, él sigue vigente en el escenario político.
Tanto seguidores como detractores tienen su propia interpretación de este personaje que para bien o mal cambió la historia del país.
Torrijos nació el 13 de febrero de 1929 en Santiago, provincia de Veraguas. Ganó una beca para estudiar en una academia militar en El Salvador, donde se graduó como teniente segundo, lo que le permitió unirse a la Guardia Nacional de Panamá en 1952.
Fue promovido a capitán en 1956 y consolidó su poder el 11 de octubre de 1968, rompiendo el orden constitucional, eliminando los partidos políticos y restringiendo la libertad de expresión.
Junto a Boris Martínez dio el golpe de Estado al tres veces presidente, Arnulfo Arias Madrid, 11 días después de que tomó posesión. Un año después, Martínez fue exiliado.
En 1972 Torrijos obtuvo el mando absoluto cuando la Asamblea Nacional de Corregimientos, nombrada para reformar la Constitución, lo reconoció como el "líder máximo de la revolución panameña".
En su período como jefe del Estado, dirigentes opositores a su gobierno fueron encarcelados, exiliados y asesinados. El caso más conocido fue el secuestro y desaparición del sacerdote católico Héctor Gallego, pero aún están pendientes por esclarecer varios asesinatos y desapariciones que se dieron en la dictadura militar de Torrijos y Manuel Antonio Noriega.
Bajo su égida se negociaron los tratados Torrijos-Carter sobre el Canal de Panamá, los cuales fueron firmados el 7 de septiembre de 1977 y que permitieron la reversión de las tierras que ocupada Estados Unidos en el istmo. El 31 de julio de 1981 falleció en un accidente aéreo, aún no aclarado.
EL DICTADOR OSCURO
El ex vicepresidente de la República y exiliado del régimen militar, Guillermo Ford, dice que Torrijos tal vez quiso iniciar un proceso con buenas intenciones que más tarde se salió del cauce.
"No debemos olvidar los atropellos, violaciones y los exilios, para que no se repitan. Ninguna dictadura es buena", dice.
LA LÍNEA Y EL ESTADISTA
El cuarto subsecretario general del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Juan José Amado III, dice que Torrijos logró integrar toda la población a la gestión política, económica y social a nivel nacional.
Según Amado III, el general fue un gran estadista que hizo un intenso trabajo en la construcción de carreteras rurales y electrificación rural para que todos los campesinos e indígenas tuvieran acceso al desarrollo del país, así como a salud y educación.
"Todas estas cosas le dieron a Torrijos una credibilidad y aceptación a lo interno del país, y fue también lo que le permitió la confianza y el respeto para negociar con Estados Unidos el nuevo tratado", resaltó Amado III.

