Los residentes de Kuna Nega han aprendido a vivir, a lo largo de tres décadas, cerca del relleno sanitario de Cerro Patacón, a soportar los malos olores de la basura y a imponerse reglas estrictas para evitar la contaminación de su entorno.
Aun así la acumulación de basura en las orillas del río Mocambo es una de las principales preocupaciones de los vecinos asentados a unos 20 minutos del centro de la capital.
Florencio Ayarza, presidente de la Asociación Kuna Nega, que fue creada en 1984 para planificar el crecimiento de esta comunidad, considera que la basura en el río es producto de la “inconsciencia” de nuevos moradores, que están convirtiendo las orillas en “pequeños Patacones”.
La asociación rige a la comunidad indígena, que fue la primera en poblar el área a finales de la década de 1970, pero no tiene alcance en los pobladores no indígenas.
Ayarza no culpa a nadie en particular, pero dice que la asociación tiene reglas muy rigurosas, como multar a quien tire basura al suelo o al río. Esto, claro, si el infractor es sorprendido o denunciado.
Cobrar las multas es fácil, pues la comunidad recibe el servicio de agua potable a través a un contrato que tiene la asociación con el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, de modo que si alguien no paga su deuda, se le corta el suministro.
Aunque, a diferencia de hace 30 años, los residentes de Kuna Nega ya no utilizan el río para lavar ropa, todavía es importante el hecho de que pasa cerca de la comunidad y del relleno de Cerro Patacón (a menos de 200 metros), además los nuevos vecinos sí utilizan las aguas del río para este propósito.
Alrededor de Cerro Patacón hay otros dos poblados. Desde hace 10 años, el de San Francisco; y desde hace un año, el de los damnificados del incendio de El Chorrillo, ocurrido en diciembre del año pasado.

