Aunque no fue el único discurso crítico al establishment y a los países desarrollados, las palabras del presidente, Martín Torrijos, la semana pasada, durante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), llamó la atención.
"Mientras en Naciones Unidas caminamos lentamente hacia la igualdad y la convergencia, el mundo se precipita por un abismo de desigualdades y divergencias...", "la aplicación de recetas inflexibles ha provocado más bien que la brecha entre países se siga ampliando...", "las diferencias entre los Estados, de por sí abismales, son aún mayores de lo que las cifras demuestran...", "las cifras constituyen solo una foto sin vida de nuestros países. Detrás de ellas... existe una realidad humana: hombres, mujeres y niños que padecen hambre y limitaciones, que ni siquiera conocen la existencia de las Naciones Unidas...", "es hora de reconocer también que el hambre y la pobreza socavan la seguridad interna de los países y ponen en peligro la democracia...", "nuestros países no están implorando favores. Reclaman, sí, equidad en las reglas del juego". Las citas forman parte del discurso de Torrijos el pasado 17 de septiembre, que provocó que más de uno arqueara la ceja mientras se preguntaba dónde quedó el que muchos han llamado "un Presidente débil".
Razones y justificaciones
Para el canciller, Samuel Lewis Navarro, el discurso del Presidente fue el producto de "su convicción sobre la existencia de graves desigualdades y de que los problemas sociales de la región no son el resultado de la mala suerte o de un designio sobrenatural".
Juan Antonio Tack, quien ocupara ese mismo cargo cuando el padre del hoy Presidente dirigía los destinos de este país, elogió el discurso de Martín Torrijos, "porque tocó los temas más graves que enfrenta hoy la comunidad internacional".
Desde la oposición, el ex director de Política Exterior de la Cancillería Carlos Guevara Mann comentó que el discurso de Torrijos había "abordado temas importantes del momento", al tiempo que lo calificó como "bien escrito". Sin embargo, Guevara Mann no pierde oportunidad para la crítica: "dejó por fuera asuntos importantes como la promoción de la democracia y los derechos humanos, lo que es preocupante, dada la trayectoria del Partido Revolucionario Democrático".
Y frente a los comentarios en torno a la similitud de algunos planteamientos de Torrijos y lo expuesto por el aguerrido presidente venezolano, Hugo Chávez, el canciller panameño aseguró que "el Presidente no ha tenido la intención de colocar a Panamá en ningún bando contrapuesto". Y como queriendo apartar a Torrijos de una figura considerada como autoritaria, Lewis agregó que "el Presidente expuso sus criterios desde un ángulo estrictamente democrático e independiente".
Lo que sí quiso, agrega Lewis, es advertir que "si el mundo contemporáneo no toma conciencia de que esos problemas tienen que resolverse, el acumulado de la situación social podría llegar a explotar". Advertidos.
(Vea Un sueño que aún no se cumple )

