Un balón es capaz de unir culturas. Prueba de ello son las mujeres emberás, en la provincia de Darién, que son la atracción de turistas y vecinos del poblado de Marragantí cuando entran a la cancha de baloncesto.
Con sus típicas faldas multicolores y tatuadas con jagua repelente, las indígenas se divierten en grande. Marragantí, ubicado en la cuenca del río Tuqueza en el alto Chucunaque, en la selva de Darién, tiene unos 400 habitantes de las etnias emberá y wounaan.
Las artesanías elaboradas por las mujeres son de alta calidad y muy conocidas: las cestas de fibra de palma, tallados de madera y máscaras que representan la rica fauna darienita..
