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El marco jurídico del imperio romano y la crucifixión de Jesús de Nazaret

El marco jurídico del imperio romano y la crucifixión de Jesús de Nazaret
Viernes Santo de reflexión

Poncio Pilatos fue el gobernador imperial de la provincia de Judea durante los años 26 al 37 de nuestra era. Pilatos era funcionario del imperio romano y estaba obligado a cumplir con la normativa y las órdenes de Roma. Si la crucifixión de Jesús de Nazaret fue un hecho histórico el suceso debió ocurrir en ese término de 11 años de la gobernación de Pilatos.

Ubicadas las circunstancias de tiempo y la norma jurídica aplicable, entonces hay que identificar el delito cuya pena fuera la crucifixión. El imperio romano era una sociedad politeísta, por lo que no había religión oficial y mucho menos delitos religiosos como la herejía y la apostasía.

El delito

Como sabemos el diseño de la historia tenemos la pista de cuál fue la pena aplicable: la crucifixión. En el derecho penal romano de la época la pena de crucifixión se le podía aplicar a extranjeros y esclavos. Existían varios delitos que tenían dicha pena, el principal era el de “Maietas” que era el ataque a la posición constitucional del emperador, en este caso Tiberio.

Si el delito era de “Maiestas”, otra pista importante es la fecha de la ejecución: la Pascua Judía, cuando ese pueblo celebra la huida de Egipto y su liberación de la esclavitud a la que el faraón los tenía sometidos. Si el pueblo judío estaba conmemorando su liberación de la esclavitud, y se encontraba bajo el yugo colonial romano, una mejor forma de humillar a dicho pueblo era ejecutar públicamente, de la manera más indigna a uno de los suyos.

El imperio romano tenía diversas formas de ejecución de un condenado a pena de muerte. Habitualmente se usaba un arma punzocortante o se le decapitaba. La crucifixión estaba reservada como castigo a los rebeldes políticos.

Entre los años 73 a 71, antes de nuestra era, en lo que se llamó la Tercera Guerra Servil un gladiador de nombre Espartaco lideró una rebelión de esclavos contra el imperio romano, pero fue derrotada resultando en la crucifixión de unos 6 mil esclavos en la Vía Apia, principal carretera romana. Las crucifixiones eran ejecuciones indignas porque el condenado debía cargar su cruz, mientras era lapidado o torturado por algún soldado romano. La muerte era muy lenta y dolorosa para que sirviera de escarnio. Espartaco no fue crucificado, pero murió posteriormente en otra batalla.

El indulto

Con estos cuatro elementos: el delito, la pena, la autoridad que la dictó y el día de la ejecución, queda por explorar la oferta de indulto por parte de Poncio Pilatos a Jesús de Nazaret, cuya responsabilidad quedó en manos del pueblo judío que escogió a Barrabás para ser indultado en vez de a Jesús de Nazaret.

Historiadores del derecho romano no han podido encontrar un solo ejemplo de que un gobernador u otra autoridad imperial hayan sometido a un voto popular una condena de muerte, sobre todo a la consideración de un pueblo colonizado. En el imperio romano solo los varones mayores de edad, libres, con educación y patrimonio podían ser ciudadanos. En el año 212 de nuestra era el emperador Caracalla le dio la ciudadanía a todos los varones mayores de edad libres que juraran lealtad al imperio romano.

Un detalle adicional que ayuda a entender la probable inexistencia de la oferta de indulto de Poncio Pilatos, es que dicho gobernador fue removido de su cargo por su brutalidad en la represión a los samaritanos. Otro hecho conocido de este personaje es que quiso construir un fastuoso acueducto romano usando para esto los fondos provenientes del templo judío de Jerusalén provocando una gran molestia entre los habitantes de Judea. Eso no pinta bien a un gobernador romano despótico que procede a darle la opción al pueblo colonizado para que libere a uno de los condenados a muerte.

La falsificación

Probablemente, la escena del indulto en esta narración haya sido adicionada entre los siglos IV y VI de nuestra era, luego de que en el Concilio de Nicea del año 325, el emperador Constantino que se había convertido al cristianismo en el año 312, se convirtió al cristianismo a todo el imperio romano. Las narraciones que formarían parte del Nuevo Testamento fueron compiladas y editadas en esa época. Iba a ser muy incomprensible para los recién convertidos al cristianismo saber que su querido imperio romano había ejecutado al fundador de su religión, al hijo de Dios hecho carne, al Mesías Salvador.

Muy probablemente fue entonces cuando entre obispos romanos y funcionarios imperiales decidieron echarle la culpa de la ejecución de Jesús de Nazaret al pueblo judío. De esa mentira nació el Ghetto Italiano, el Pogrom ruso, el holocausto europeo y el antisemitismo que envenena al mundo. Jesús de Nazaret fue crucificado por cuestionar el orden político injusto y opresor que castigaba al pueblo judío. Su cruz fue el resultado de su búsqueda de la libertad.


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