Estados Unidos anunció este jueves una nueva política de restricción de visados dirigida a ciudadanos centroamericanos que, según Washington, actúan en nombre del Partido Comunista Chino (PCC) para “socavar el Estado de derecho” en la región.
De acuerdo con el Departamento de Estado, la medida busca contrarrestar lo que calificó como “influencia corrupta de China” en América Central y estará enfocada en individuos que dirijan, financien, autoricen o respalden actividades que desestabilicen a los países del istmo.
La nueva política permitirá negar el ingreso a territorio estadounidense tanto a las personas señaladas como a sus familiares directos, destaca un comunicado.
Además, el Departamento de Estado adelantó que ya se han impuesto restricciones bajo este mecanismo a varios ciudadanos centroamericanos por conductas de este tipo en el pasado.
.@WHAAsstSecty: Reafirmando nuestro compromiso de proteger la prosperidad económica y la seguridad nacional de EE.UU., promovemos la rendición de cuentas para aquellos nacionales centroamericanos que trabajan con el Partido Comunista Chino para desestabilizar nuestra región. No…
— U.S. Embassy Panama (@USEmbPAN) September 4, 2025
“Estas acciones reafirman el compromiso del presidente Trump de proteger la prosperidad económica y los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos en nuestra región”, indicó la diplomacia estadounidense en un comunicado.
Washington insistió en que continuará utilizando “todas las herramientas disponibles” para promover la rendición de cuentas de quienes colaboren intencionadamente con el PCC en Centroamérica, al tiempo que subrayó su intención de salvaguardar la seguridad y estabilidad del hemisferio.
La administración de Trump ha arremetido en diversos momentos contra China y ha asegurado que mantiene influencias en el Canal de Panamá.
Panamá, por su parte, ha negado en diversas ocasiones que China u otro país interfiera en la administración del Canal, que tiene a Estados Unidos como su principal usuario, y ha aclarado que no está en discusión la soberanía sobre la vía, que “es y seguirá siendo panameña”, en palabras del presidente panameño, José Raúl Mulino.


