La Asamblea Nacional reportó 96% de asistencia de los diputados en el pleno legislativo entre julio y octubre de 2025. Así lo consigna un informe oficial de la propia institución, disponible en su sitio web. Sin embargo, si se analiza el documento en detalle, salta una realidad menos optimista: ese alto porcentaje convive con diputados principales que asisten poco o casi nada, mientras sus suplentes ocupan la curul durante buena parte del período.
El informe, elaborado por la unidad de estadística de la Asamblea, de paso aclara que cuando un diputado principal falta, su suplente puede asumir la curul “debidamente habilitado” y ese tiempo cuenta como asistencia del despacho.

Vieja táctica
En la práctica, esto significa que la estadística registra curules ocupadas, no necesariamente por los diputados principales, una vieja táctica de los políticos para cumplir formalmente con el quórum y sostener altos porcentajes de asistencia, aun cuando el titular delega de manera recurrente su presencia en el pleno.
Esa posibilidad está prevista en el artículo 13 del Reglamento Orgánico Interno de la Asamblea Nacional, que autoriza a los diputados suplentes a reemplazar a los principales cuando estos se ausenten, siempre que exista una habilitación formal por licencia, misión oficial u otra causa admitida. En esos casos, la presencia del suplente se computa como asistencia del despacho, sin que la norma exija diferenciar en los registros si la curul fue ocupada por el diputado electo o por su reemplazo, una distinción clave que el informe estadístico tampoco hace.
El Reglamento Orgánico Interno de la Asamblea Nacional tampoco establece descuentos salariales por la ausencia de diputados principales cuando estos son reemplazados por sus suplentes. Mientras la curul esté ocupada de forma reglamentaria, el despacho se considera presente y no se activa ninguna sanción económica para el titular, aun cuando su ausencia sea recurrente. En la práctica, el marco normativo permite que un diputado mantenga intactos sus ingresos sin asistir personalmente al pleno, siempre que delegue su presencia conforme al reglamento.

Cuando el suplente trabaja más que el principal
El informe tiene casos llamativos. En la bancada del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Benicio Robinson apenas marca un 17% de asistencia, mientras su curul permanece activa gracias a su suplente, su hijo homónimo, que registra 69% en el mismo período.

El mismo esquema se repite en Realizando Metas, donde varios despachos funcionan bajo el mismo patrón. Sergio Gálvez registra 34% de asistencia y su suplente, su hija Mercedes Gálvez, alcanza 66%. Alain Cedeño H. aparece con 41%, frente al 45% de su suplente, su hijo Alaín Cedeño. Luis Omar Ortega marca 46%, mientras su suplente Juan Domingo Díaz llega a 54%.

En la bancada mixta, Osman Gómez figura con 39% de asistencia, frente al 52% de su suplente César Santamaría.

También hay diputados principales cuya presencia en el pleno se ubica en un rango intermedio. En el Partido Panameñista, José Luis Varela registra 56% de asistencia y su copartidario Medin Jiménez 63%. Aunque estas cifras no son las más bajas de la lista, quedan por debajo del promedio general del pleno.
La asistencia por bancadas
El contraste se vuelve más evidente al revisar los datos por fracción. Seguimos reporta 100% de asistencia como bancada y Vamos, 98%. Realizando Metas aparece con 96% y el PRD, con 95%. Sin embargo, esos promedios diluyen las ausencias reiteradas de diputados principales, que como ya se explicó, quedan ocultas bajo la presencia constante del suplente.

El propio informe no detalla cuántas sesiones se realizaron, cómo se pondera la presencia parcial ni qué tipo de ausencias se consideran justificadas. En varios casos, además, los porcentajes del principal y del suplente no suman 100%, lo que sugiere lapsos en los que ninguno de los dos figura como presente, sin mayor explicación metodológica.



