Cuando *Jessica llegó a Panamá, desde Cantón, en China Continental, tenía cuatro años de edad. Para entonces, su familia no imaginaba que esta tierra sería, 21 años después, su segunda patria.
"Estudié kínder, primaria y secundaria, me gradué con el primer puesto de honor. Me fui a estudiar medicina a Cuba, me recibí de doctora con el segundo lugar en la Facultad de Ciencias Médicas Ciego De Ávila", contó.
Hace dos años, Jessica, quien para entonces tenía 23 años de edad, empezó con los procesos de naturalización, pero no imaginó que sería un trámite "tan engorroso, lento y burocrático".
Explicó que todo ese tiempo, su abogada hizo lo imposible porque le entregaran la carta de naturaleza; sin embargo, siempre tropezó con el "poco importa de las autoridades vinculada al tema".
Jessica dice que al final se cansó y le hizo la petición al presidente Martín Torrijos, personalmente y fue así como consiguió su cometido.
La joven fue juramentada en la Gobernación de Panamá como panameña en enero pasado, aunque solo junto a cinco personas más. Las juramentaciones se hacen los últimos jueves de cada mes. Los trámites de Jessica comenzaron en 2006.
La representante legal de Jessica indicó que, al igual que este caso, tiene un cliente que pasa por el mismo problema: "Es un muchacho que llegó desde China con tres años de edad y estudió toda la escuela aquí, incluso se está graduando de arquitectura en la Universidad de Panamá. De no obtener su naturalización no podrá trabajar de arquitecto".
LOS COSTOS
La jurista explicó que el trámite de la carta de naturaleza tiene un costo de unos 2 mil 300 a 2 mil 500 dólares.
Cuando entra la solicitud de naturalización a la Dirección de Migración, se debe pagar 20 dólares.
Luego, 50 dólares más en el Tribunal Electoral, para hacer un examen de geografía, historia y política de Panamá.
Haber estudiado la escuela secundaria en Panamá exime de esta prueba, pero igual debe pagar los 50 dólares.
Después la solicitud es enviada al Ministerio de Gobierno y Justicia y, de allí, al Consejo de Seguridad para, a través de Interpol, conocer si el peticionario ha cometido algún delito.
"Lo malo es que si le hallan alguna falta, por mínima que sea [incluso, una infracción de tránsito] le niegan la naturalización", sostuvo.
Luego de esto, el consejo manda una nota en que recomienda aprobar o negar la carta de naturaleza. Tras lo cual el Presidente debe firmarla.
Ya con la firma, la carta de naturaleza –un documento en forma de diploma– se deben pagar 300 dólares en Migración por el timbre que lleva y 10 dólares más por la caligrafía.
La persona puede juramentarse luego en la Gobernación de Panamá, proceso que es gratuito. Un abogado, por la tramitación, cobra entre mil dólares y 2 mil dólares.
MUY BUROCRÁTICO
Otro abogado, que prefirió no ser identificado, explicó que el proceso es "muy burocrático", pues debe durar unos seis meses, pero en algunos casos tarda hasta cinco años.
"Tengo clientes desde el gobierno pasado y algunos tienen casi cinco años de estar esperando la naturalización. De hecho, cuando el documento llega al Consejo [de Seguridad] se siente una alegría, pero el Presidente [Martín Torrijos] no los firma. Ni a las notas ni a los impulsos procesales le hacen caso", explicó.
El jurista comentó que tiene poco más de 200 clientes que todavía están a la espera, algunos desde hace cuatro años. De hecho, desde que llegó el actual gobierno, se han aprobado solo tres cartas de naturaleza.
"Una porque la persona se le plantó al Presidente, y las otras dos porque se trata de dos hermanas que tienen un conocido en el Partido Revolucionario Democrático", indicó.
Tayra Barsallo, subdirectora de Migración, dijo que el proceso de las naturalizaciones está contenido en el artículo 10 de la Constitución que sirve de base a su solicitud, la Ley 7 de 14 de marzo de 1980 y el Decreto 59 de 4 de agosto de 1988.
"Quienes aspiran a nacionalizarse deben cumplir con los requisitos de la Constitución y las instituciones", añadió.
Se trató de tener una versión de la Presidencia, pero se nos comunicó que se encontraban en una reunión extraordinaria. *Nombre ficticio
