Después de varios intentos frustrados, el proyecto que buscaba establecer pautas éticas a la actuación de los diputados cumplió con los trámites legislativos. Así, el pasado miércoles y de forma unánime, los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron el código de ética parlamentaria.
El hecho es considerado un avance en el camino para reconstruir la deteriorada imagen del Órgano Legislativo, cuyos miembros han protagonizado numerosos escándalos que incluyen casos de corrupción, nunca aclarados debido a los impedimentos legales existentes para investigar y juzgar a los diputados.
Entre los casos más recordados está el del diputado panameñista Carlos Afú –entonces miembro del Partido Revolucionario Democrático (PRD)–, quien denunció un soborno relacionado con la creación del Centro Multimodal y de Servicios.
El diputado del Partido Liberal Nacional Rogelio Alba tiene varias cuentas por saldar: un caso de contrabando y una investigación sobre narcotráfico en Kuna Yala, la comarca indígena que representa en la Asamblea.
Allí está también la supuesta contratación ficticia de la ciudadana ecuatoriana residente en Panamá Carolina Romo, en la planilla de la diputada oficialista Hermisenda Perea.
La barrera ética
En esta oportunidad y teniendo al frente de la Asamblea justamente al diputado Elías Castillo, que había hecho la propuesta en el pasado, los diputados se vieron precisados a darle el voto afirmativo a un proyecto engavetado por años.
El llamado "Código de Ética y Honor Parlamentario" contiene los típicos principios éticos de la función pública, que incluyen una enumeración de los "valores ético–parlamentarios", los deberes y las incompatibilidades.
Entre las incompatibilidades está "aceptar directamente o por medio de otras personas regalos, aportes en dinero, donaciones, dádivas, recompensas o beneficios". También se establece la imposibilidad de ejercer otro cargo a tiempo completo, salvo las excepciones de ley.
Para Castillo, la aprobación del código de ética transmite un mensaje positivo de disposición de cambio. "Es más que un instrumento regulador de disciplina, ética y moral, porque contiene disposiciones importantes como es el caso de evitar recibir regalos. La ley no tiene que ser el producto de un trueque, esto busca evitar la corrupción", aseguró.
Como parte de los deberes que deben cumplir los diputados se incluye lo obvio: "asistir puntualmente a las reuniones de las comisiones y a las sesiones...". Pero frente a la falta de sanciones, queda por ver qué hará la Comisión de Ética con algún diputado que sólo va al pleno cada 1 de septiembre vestido de blanco.
