Pica. Eso puede decirse de este sol que a la 1:00 p.m. brilla en la calzada de Amador donde se levanta el Biomuseo, que mirándolo a vuelo de pájaro da la impresión de metal culebreando.
Entendiendo este clima, sus constructores planean crear un edificio donde el calor entre lo menos posible, muy eficiente en cuanto al gasto energético. No faltaba más en el edificio que albergará el museo cuya misión es educar sobre la biodiversidad en la naturaleza.
El edificio cuenta con la ventaja de tener al lado un bosque de tres y media hectáreas, que además de aumentar la biodiversidad de vida también absorbe el calor.
Los vidrios, las paredes y los techos cumplirán, además, una función de aislantes.
