La historia inmediata del Kristallnacht empezó el 7 de noviembre de 1938, cuando Herschel Grynszpan, un judío-polaco de 17 años, le disparó a Ernst vom Rath, un oficial de bajo rango en la embajada alemana en París.
Días antes Grynszpan se había enterado -a través de una carta de una hermana- que los judíos de ciudadanía polaca que vivían en Alemania habían sido expulsados. Muchos terminaron en un campo de refugiados en la frontera entre Polonia y Alemania.
Vom Rath murió el 9 de noviembre y los nazis culparon a los judíos por el asesinato.
Todo esto fue utilizado para arrestar a cerca de 30 mil hombres judíos y llevarlos a campos de concentración.
Tres meses después fueron liberados, bajo la condición de que iniciaran el proceso para emigrar.
Luego del Kristallnacht los nazis impusieron una serie de leyes a judíos que les hicieron perder sus propiedades. También se les prohibió ejercer ciertas profesiones y se les sometió a reglas impositivas especiales, entre otras medidas.
(Vea Un año más para recordar)
