Luz Sánchez, una niña de 14 años, residente en la comunidad Las Garzas, todavía espera oír cantar a su "gallito enano". El animal desapareció la noche del jueves cuando la corriente del río Pacora entró a unas 44 casas y arrastró los enseres, los útiles escolares y hasta la comida de 183 personas, la mayoría niños.
Hernán Zamora, presidente de la junta local de Las Garzas, explicó que las lluvias comenzaron a las 2:00 p.m. del jueves en la montaña y cuatro horas después comenzó a caer sobre la comunidad. A las 8:00 p.m. hubo un estruendo y vieron cómo el río entraba a las casas.
Sánchez ahora se ríe al recordar cómo una de sus amigas halló entre el lodo una falda de la escuela. Todavía, dice, busca los zapatos colegiales.
Ayer, un día después de la inundación los cuentos de lo que vivieron les parecen graciosos. Pero aquella noche los nervios, el susto y el temor a morir se apoderaron de ella.
"Pensaba que nos íbamos a ahogar y que el río nos arrastraría como lo hacía con las cosas que estaban en las casas".
Un susto similar sufrió Matricia Jiménez, una indígena de la etnia Ngöbe Buglé, quien visitaba a sus hijos en la comunidad Los Lagos. "No es de risa, eso fue feo", contaba la mujer, mientras lavaba la poca ropa que recuperó. Jiménez y su hijo Óscar Carpintero están seguros que el río no tumbó su casa debido al muro de tierra y piedra, que en forma natural, se levanta en el lote del frente.
Los afectados recibieron ayer colchones y comida de las autoridades, pero el susto no se les pasa. "¿Ve?" —dice Carpintero mientras señala con el dedo hacia la montaña— "sigue lloviendo en la cabecera del río". Su temor no es infundado. En 2004 fueron 150 las familias que lo perdieron todo.
Inundación en Arraiján
50 familias afectadas dejó ayer la crecida de una quebrada sin nombre en el corregimiento Juan Demóstenes Arosemena, en Arraiján.Los afectados viven en calle 8, 9 y 12. Blanca González pidió que los reubicaran en un área segura porque la falta de dragado de la quebrada es lo que produce la inundación. Dijo que es la tercera vez que pierden sus enseres personales por esta causa.

