La sala 31 del Hospital Santo Tomás es una extensión de la cárcel para los privados de libertad que requieren atención médica. En este lugar, en donde hay 12 camas y una celda de máxima seguridad, un reo en recuperación no debería pasar más de nueve días, pero algunos tienen hasta 500 días de estar allí. El médico que atiende a los enfermos reconoce que hay hacinamiento, pero rechaza el que se violen los derechos humanos, como lo aseguró en un informe la Defensoría del Pueblo.
Vea Del otro lado de la puerta gris

