Luego de 10 años de nutrida correspondencia y trámites burocráticos, la estatua de Vasco Núñez de Balboa arribó a Panamá procedente de España. A los pocos días, el 29 de septiembre de 1924, fue colocada en el centro de la pequeña plaza que actualmente la rodea. En poco tiempo, realizará un viaje mucho más corto: la trasladarán a dos cuadras de su ubicación actual para dejarle espacio a la nueva cinta costera.
A pesar de la indiferencia de las personas que pasan frente a ella, esta escultura tiene un importante valor patrimonial para el país: la confeccionaron los mejores escultores españoles del siglo XX, Mariano Benlliure y Miquel Blay.
CRÓNICA de un hito
La historia del monumento comienza en abril de 1910. En esa época, Ricardo J. Alfaro buscaba a alguien que creara una estatua en honor a Tomás Herrera y a Núñez de Balboa. Para eso, Alfaro se comunicó con el escultor catalán Agustín Querol, responsable de la fachada de la Biblioteca Nacional de Madrid.
El reconocido político cuenta que el escultor se interesó en la obra. "La personalidad de Balboa le era conocida, pero la del general Herrera no", relata en la revista Nuevos Ritos.
Querol finalmente arregló su participación en la escultura con el propio Alfaro y con el presidente del Ayuntamiento de Panamá, Ciro L. Urriola.
Pero la súbita muerte del artista catalán dejó trunca la aventura. "Su muerte nos priva de lucir al pie de la estatua de nuestros héroes una de las más ilustres firmas de Europa", apuntó Alfaro en aquel momento.
Tres años después del primer intento por construir un monumento para resaltar su figura, el 20 de julio de 1913 el Gobierno de Panamá recibió una propuesta del rey Alfonso XIII de España para la confección una estatua en honor a Núñez de Balboa. El Rey pretendía rendir un homenaje al conquistador con el objetivo de "afirmar vínculos de amor y solidaridad" entre los países.
Alfonso XIII aportó de sus propios recursos 50 mil pesetas para ver realizado su deseo. También las autoridades españolas llamaron a una convocatoria para obtener fondos.
El total de lo recaudado llegó a casi las 13 mil pesetas. A ello se sumó las 800 mil que aportó el Gobierno de España.
Pero, al final -según algunos historiadores- la estatua fue completamente donada por el Rey de España, aunque en la biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores se guarda un cheque del Gobierno de Panamá por el monto de 650 dólares, a nombre de Bechini, intermediario del montador de la estatua.
Un concurso poco claro
A pesar de que en España se llamó a concurso para elegir al escultor de la estatua de Balboa, el ganador de la competencia estaba decidido de antemano: el Rey había propuesto como artista principal al valenciano Mariano Benlliure, escultor de importantes estatuas. Entre otras, el Goya frente al Museo del Prado en Madrid y la estatua del Libertador José de San Martín, en Lima. También Benlliure fue condecorado con la Legión de Honor de Francia y la medalla especial del emperador Francisco José de Austria.
Una vez que el Gobierno escuchó el nombre del artista "ganador" aceptó de inmediato: "El solo nombre [de Benlliure] es la mejor ejecutoria para garantizar la calidad y reconocimiento de la obra" contestó el Ejecutivo local.
(Vea La famosa estatua seguirá mirando hacia el mar)

