Las denuncias por daños ambientales han ocupado relevantes espacios en las páginas de los diarios en los últimos meses. La atención y las críticas recaen sobre la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), pero su administradora, Ligia Castro de Doens, asegura que todo ha mejorado desde 2004. El año en que ella llegó al cargo.
¿Cuánta autoridad tiene Anam sobre el ambiente?
Esa autoridad se la ha ido ganando paulatinamente desde hace cuatro años. Hemos fortalecido el presupuesto, personal, capacidad de fiscalizar y hacer cumplir la normativa.
O sea, desde que usted llegó.
Digamos que desde que llegó un estudio técnico que trabaja en equipo. Antes las direcciones no se comunicaban entre sí. Eso ha hecho la diferencia.
¿Cómo encontró la Anam?
Desde 1998 que se creó, no recibió apoyo del resto del Gobierno, en materia de presupuesto y personal. Ahora hay más apoyo del presidente Martín Torrijos, de Economía y Finanzas y el Gabinete a la entidad. El grueso de los funcionarios permanece, porque es una institución técnica. Pero a veces las empresas se los llevan y les pagan el doble. Aquí los salarios son bajos. Y en el mercado no hay los especialistas que se requieren.
¿Las empresas cumplen más ahora?
Sí. Hay empresarios que entienden que la gestión ambiental les da ganancia en competitividad y eficiencia. Pero hay quienes quieren ganar a toda costa, a corto plazo, aun contra el ambiente.
Hay tantos casos de deforestación y daños ambientales... ¿por qué da la impresión de que la Anam está ausente?
Los procesos administrativos abiertos, cerrados y con multas son muchos, pero Anam no tiene toda la capacidad para hacerlo. Necesitamos presupuesto, equipo, personal… nos han ido aumentando, pero…
Del 1 al 10 están trabajando en…
7.5
¿Cuántas denuncias se presentaron el año pasado?
774. Resolvimos 247. Están en proceso 536. Desestimadas, 37, y declinadas, 63.
Tiene potestad para sancionar hasta por un millón de dólares. ¿Lo ha hecho?
Sí. A Prados del Este. Y otra por 800 mil, no me acuerdo a quién. No me fijo en el nombre ni en los dueños de la empresa, para no sesgar…
Claro, imagínese qué hubiese pasado con el caso de Charro Espino, tío de Torrijos.
Ahí está la multa. Y yo tenía instrucciones precisas del presidente Torrijos antes de que saliera la noticia. Le informé lo que estaba pasando y él dijo que aplicara la ley como si fuera cualquier otro.
¿Usted lo llamó, entonces, para ver si podía sacarlo?
Yo solo le informé. Y él me dijo que hiciera mi trabajo.
¿Anam ya cerró ese proceso administrativo, verdad?
Si, el penal, en la Fiscalía Ambiental sigue abierto.
¿Por qué se opusieron a la planta de clinker, y después cambiaron de opinión?
El estudio de impacto ambiental (EIA) entró con deficiencias, pero no del todo mal. Y corrigieron eso. Además del plan de manejo que se pide por ley, les pedimos un plan de prevención, contingencia y restauración de daños.
¿Le daría su visto bueno si viviera al lado de la planta?
Sí. Es tecnología limpia.
¿Quién presiona más: el Ejecutivo o los empresarios?
Nunca me he sentido presionada. Si me piden que no cumpla la norma, no hago caso.
¿Por qué los EIA demoran tanto en aprobarse?
Cumplimos los tiempos… si es categoría 1, un mes. Si es categoría 2, dos meses; y si es categoría 3, tres meses. Hace cuatro años había cuatro evaluadores para todo el país, y 300 expedientes acumulados. Ahora hay 24 inspectores en Panamá y cinco en las regionales. Y entran más EIA, por el crecimiento económico.
¿Cuántos EIA aprobaron el año pasado?
800 de los mil que entraron. La mayoría entran débiles, y hay que pedir aclaraciones o información adicional.
¿Panamá ha avanzado en tema de desarrollo sostenible?
Hemos avanzado, pero falta. Tenemos 151 estadísticas ambientales, y 20 indicadores que estamos actualizando.
¿O sea que hoy no se sabe cuánto se ha avanzado?
Lo podremos saber en junio.
¿Cuánta plata recaudaron en 2007 por multas?
En 2007 recaudamos 414 mil 41 dólares. Por cobrar tenemos 427 mil 830 dólares.
¿Dónde va esa plata?
La mitad para Anam, la otra mitad para el denunciante.
¿Se pueden controlar las quemas de herbazales?
Es arduo. Hemos coordinado con Protección Civil y los Bomberos, pero se siguen dando.
¿Por qué se siente que la tala tampoco está controlada?
La tala ha bajado, pero hay quienes piensan que los trámites son pérdida de tiempo. Tenemos una cultura de juegavivo o no entendemos qué estamos perdiendo.
¿Cuánto demoran los permisos?
Entre uno y dos meses cuando son muchos. Si es un árbol en la capital, el permiso lo da la Alcaldía. Si es en el interior, a más tardar en una semana.
¿Por qué pasó tanto tiempo para que se resolviera el tema de los indígenas que protestaban en Catedral? ¿Hubo indiferencia?
Nos reunimos varias veces.
¿Por qué se represan los mismos ríos en varios puntos?
Cuando se hicieron las hidroeléctricas no había la norma ambiental de hoy. La de ahora es una de las más estrictas. Y no lo dice Anam, sino el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.
¿Por qué la ciudadanía se entera de que van a hacer un proyecto cuando ven las maquinarias? ¿Dónde falla el sistema?
Las consultas se publican tres días consecutivos en los periódicos, y el proyecto se puede ver en la web. Hay unos que sí se enteran, otros que no.
¿Qué hace usted por el ambiente?
Ahorro agua cuando me lavo los dientes, me baño y cocino. Dispongo la basura en su sitio.
Ya que, como dice, todo en Anam ha mejorado desde que usted llegó, ¿ocuparía el cargo en el próximo periodo?
Depende. Si me lo ofrecen, primero, y si el próximo gobernante apoya igual que Torrijos la gestión ambiental.
PERFIL
PROFESIÓN: Ligia Castro, directora de la Autoridad Nacional del Ambiente, estudió geografía en La Habana, Cuba, y fue directora del antiguo Inrenare en 1989. En la década de 1990 ejerció varios cargos en el Ministerio de Salud. Asegura que no tiene aspiraciones políticas, pues su profesión está primero. Está casada con Emilio Doens, hermano menor del ex ministro de Trabajo Mitchell Doens, y es madre de dos hijos.

