El canciller Javier Martínez-Acha se refirió este lunes 22 de diciembre a los avances en torno a la posible extradición de Ali Zaki Hage Jalil, señalado como presunto responsable del atentado terrorista contra el vuelo 901 de aerolínea panameña Alas Chiricanas, ocurrido en 1994.
El jefe de la diplomacia panameña recordó que, en noviembre pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado oficial en el que se informó sobre la identificación de esta persona y el inicio de los trámites diplomáticos y judiciales correspondientes.
Según explicó Martínez-Acha, el proceso se encuentra actualmente en una fase de coordinación interinstitucional.
“Seguimos trabajando en esto con la Procuraduría General de la Nación”, señaló, al tiempo que precisó que será el Ministerio Público el encargado de formular la solicitud formal de extradición. Una vez presentada, añadió, la Cancillería se encargará de canalizarla por las vías diplomáticas correspondientes.
El canciller subrayó que el objetivo del Estado panameño es que el sospechoso comparezca ante la justicia nacional. “Esperamos realmente que este supuesto terrorista venga a Panamá a rendir cuentas”, afirmó, insistiendo en que se trata de un caso de alta sensibilidad histórica y judicial para el país, debido a la gravedad del atentado y a las víctimas que dejó.
Los obstáculos
No obstante, Martínez-Acha advirtió sobre posibles obstáculos en el proceso de extradición. Indicó que las autoridades manejan información según la cual Ali Zaki Hage Jalil también tendría pasaporte venezolano, una situación que podría complicar los trámites una vez Panamá formalice la solicitud ante el país donde se encuentre.
Pese a estas dificultades, el canciller aseguró que el Gobierno panameño seguirá adelante con las gestiones necesarias. “Es una solicitud que vamos a hacer”, reiteró, al tiempo que expresó el deseo de que el implicado enfrente “todo el peso de la ley” por lo que calificó como un ataque vil que marcó profundamente al país.
El funcionario enfatizó que el atentado no solo afectó a ciudadanos panameños, sino que tuvo un componente específico de odio.
A su juicio, el ataque estuvo dirigido particularmente contra la comunidad hebrea y constituyó un acto de carácter antisemita, una dimensión que —dijo— refuerza la importancia de que el caso no quede impune y sea atendido con rigor por la justicia panameña.

Después de más de tres décadas prófugo, las autoridades de Venezuela detuvieron el mes pasado, en la isla de Margarita, a Ali Zaki Hage Jalil, señalado como uno de los implicados en el atentado contra el vuelo 901 de Alas Chiricanas, ocurrido en 1994 y que cobró la vida de 21 personas. La captura fue ejecutada por agentes de Interpol Venezuela, en coordinación con autoridades judiciales panameñas, que habían emitido una alerta internacional para su localización y arresto.
El atentado, registrado el 19 de julio de 1994, marcó uno de los episodios más trágicos de la aviación panameña. El avión, que había despegado de Colón, explotó en pleno vuelo, y desde entonces las investigaciones apuntaron a un posible acto terrorista. La aprehensión de Hage Jalil reaviva un caso que durante años permaneció en la impunidad y que ahora podría abrir una nueva etapa judicial en la búsqueda de justicia para las víctimas.
Cronología del caso
En agosto de 2019, la Fiscalía Superior de Descarga solicitó al Tribunal Superior la reapertura de las investigaciones, luego de que el 20 de noviembre de 2017 el entonces presidente Juan Carlos Varela recibiera una carta del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que se le informaba que los servicios de inteligencia de su país habían confirmado que el grupo terrorista Hezbollah estaba detrás del atentado.
Hezbollah, organización musulmana chií libanesa, es considerada por Estados Unidos como un grupo extremista islámico y está incluida en su lista de organizaciones terroristas.
El tema fue abordado nuevamente en 2018, durante una visita oficial de Varela a Israel. En 2003, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N.° 9, Secretaría N.° 17, de Argentina, remitió un exhorto a las autoridades panameñas en el que manifestaba su interés en colaborar con la investigación del atentado contra el avión de Alas Chiricanas, al considerar que los responsables pertenecían a los mismos grupos que colocaron una bomba en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ataque que dejó un saldo de 85 muertos el 18 de julio de 1994, un día antes del atentado en Panamá.
Tras la captura, las autoridades panameñas mantienen coordinación con la Fiscalía de Asuntos Internacionales para iniciar el proceso de extradición y asegurar que el detenido sea entregado a la justicia panameña.

