Por encima del tráficode drogas y armas, y de cualquier otra manifestación del crimen organizado, a las autoridades judiciales de Centroamérica les preocupa el peligro que representan hoy día los sicarios al servicio del narcotráfico mexicano, dijo ayer el fiscal general de Costa Rica, Jorge Chavarría.
Según el funcionario, los sicarios usados por los carteles mexicanos son ex policías y ex militares entrenados en operaciones especiales y con conocimiento en el manejo de armas sofisticadas, a diferencia de los asesinos de las extintas narcobandas colombianas, a quienes tildó como “simples muchachos pobres de barrio”.
Chavarría inauguró ayer la reunión de la Red de Fiscales Especializados en la Lucha contra el Crimen Organizado y el Tráfico de Drogas en Centroamérica, y advirtió que estos hombres tienen “un potencial ofensivo enorme y peligroso”.
Dijo que a él y a sus colegas de la región les preocupan más estos sicarios –en auge desde 2005– que cualquier otra acción delictiva del crimen organizado.
Reveló que hoy el país más afectado por las operaciones de estos asesinos a sueldo es Guatemala.
En Panamá, mientras tanto, 12 mexicanos fueron asesinados y otros 25 quedaron detenidos por sus supuestos nexos con el narcotráfico entre 2009 y 2010, según informes policiales.
Por su parte, el procurador de la Nación, José Ayú Prado, citó el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas (JIFE, por sus siglas en inglés), en el que se destaca que la violencia del narcotráfico en México se ha cobrado la vida de 28 mil personas desde 2006, y que por ese país pasa 90% de la cocaína consumida por cerca de 4.8 millones de ciudadanos estadounidenses.
Agregó que los carteles se han aliado con las maras centroamericanas y expandido sus operaciones a cinco o seis países de la región, según el informe de JIFE.
Ayú Prado, Chavarría y Marcelino Aguilar, este último fiscal contra la Delincuencia Organizada de Panamá, coincidieron en la necesidad de que los países de la región unan esfuerzos y pongan en práctica estrategias comunes para afrontar el fenómeno. “Tenemos que retomar un visión regional de unidad”, dijo Chavarría.
