El tradicional sombrero pintao, pieza folclórica de Panamá, se adueñó de una parte de la identidad nacional y a la vez ha sido un vehículo para que los artesanos innoven desde hace 15 años con la confección de nuevos modelos derivados del original tejido de fibra vegetal con pintas.
Panamá de Ávila es una panameña radicada en Estados Unidos que por años se ha dedicado a vender sombreros típicos de varios países y que se destacan por el uso de esta pieza de vestir.
En su muestrario exhibe sombreros del Caribe, Colombia, Bolivia, Ecuador, México, Guatemala, Brasil, y no podía faltar el de su país natal, Panamá: el sombrero pintao.
Ahora le interesa expandir su surtido, pero distribuyendo la variedad de los nuevos estilos de sombreros pintadeños.
Navegando por internet descubrió que en la provincia de Coclé (específicamente en La Pintada) se confeccionan las piezas que ella buscaba, relata Reinaldo Quirós, enlace y miembro de una de las familias dedicadas a trabajar e innovar con la fibra de bellota. “Ya vamos a iniciar la negociación con de Ávila, para que esta nueva pieza compita con los accesorios de otros países en Estados Unidos”, reiteró Quirós.

