Unos 376 murciélagos hematófagos fueron capturados, tratados y liberados durante la campaña que realiza el Departamento de Salud Animal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida) en la región de Azuero.
A cada animal se le aplica una pomada de vaselina mezclada con un anticoagulante, luego es liberado. Se estima que en la madriguera mueren entre 20 a 25 vampiros.
En lo que va de este año, en las provincias de Herrera y Los Santos fueron tratados 68 hematófagos.
En Veraguas, específicamente en el sector costero del corregimiento de Cacao de Mariato y de Quebro, se capturaron 308 murciélagos.
En Panamá existen alrededor de 105 especies de murciélagos pero solo 3 de ellas se alimentan de sangre: el Desmodus rotundus o vampiro común, el Diaesmus yongui y el Diphila ecaudata, que ataca más que todo a las aves, particularmente las domésticas.
A diferencia de las otras especies, los vampiros, según referencias veterinarias, son una plaga que diezma el ganado, por lo que se les considera un riesgo zoosanitario para los animales de sangre caliente y para los humanos.
Las constantes mordeduras de un murciélago hematófago pueden provocar anemia en el ganado y puede transmitirle enfermedades como la babesiosis, anaplasmosis, trypanosomiasis y principalmente la rabia paralítica.
Estos animales habitan en clima tropical entre el norte de México hasta la parte norte de Argentina, vuelan y chupan sangre; atacan en toda la época del año porque cada 24 horas tienen que abastecerse de sangre como su único alimento.
La península de Azuero es una de las áreas donde más abundan los vampiros, sobre todo en las fincas que colindan con las áreas montañosas de Portobelo, Cobachon, Colorado, Río Sierra, Río Piro, Tembladera, Ventana y toda la zona costera entre Los Santos y Veraguas, que es muy propicia para la vida de los murciélagos.




