La cuarentena obligatoria establecida en todo el país tras la declaratoria de emergencia por la pandemia de Covid-19 ha llevado a muchos artesanos a potenciar su ingenio y creatividad.
Francisco Cruz es uno de ellos. Se ha dedicado en los últimos cuatro años a la confección de sombreros típicos de cogollo, pero la falta del material lo ha llevado a reciclar todo el plástico para convertirlos en vistosos sombreros que posteriormente comercializa hasta en 60 dólares.
Compraba los “manojitos de cogollo” en Penonomé, provincia de Coclé, pero la restricción en la movilidad “me ató de manos”, comentó el artesano chitreano, residente en la Barriada Santa Rita.
Agregó que en vista que no puede salir, se las ingenió para hacer sus sombreros con cartuchos de plástico de azúcar, arroz, alimentos para cerdos, menestras, sal, entre otros muchos materiales.

Cruz aclaró que a diferencia de los sombreros pintado, que se confeccionan por vueltas y posteriormente se cosen, su artesanía es una sola pieza de “canto a fin”, totalmente tejida a mano.
No obstante, Cruz expresó que hacer sombreros de plástico conlleva todo un proceso, que inicia con el recorte de todos los plásticos, doblarlos y enrollarlos. Para cada sombrero, dependiendo el tamaño, necesita un promedio de 50 cartuchos.
El artesano chitreano estimó que hacer un sombrero le toma aproximadamente entre 14 y 15 días, porque para conseguir los cartuchos de plástico no le ha sido tarea fácil, por la reducida movilidad establecida por el gobierno.
Agregó que mientras dure la cuarentena continuará utilizando su tiempo en este oficio, que además de permitirle cumplir con las disposiciones sanitarias, de quedarse en casa, le representa ingresos para su familia.


