Brazada tras brazada Eileen Coparropa se forjó un camino de éxito en la natación. Su esfuerzo, dedicación y sacrificio le valieron para que sus actuaciones paralizaran Panamá, esperando por una de sus hazañas.
Coparropa es hasta el momento, con 15 años de edad, el atleta panameño más joven en competir en unos Juegos Olímpicos y uno de los cuatro deportistas que lo han logrado en tres ocasiones en la historia olímpica de Panamá, que comenzó en 1928.
Los otros son el nadador Edgar Crespo; el pesista Ildefonso Lee y el saltador Irving Saladino.
La primera atleta panameña en ser nombrada embajadora deportiva en 2007 está de vuelta en casa para compartir con sus padres Pedro y Guadalupe y celebrar el cumpleaños de su hijo menor.
Radicada desde hace 18 años en Estados Unidos, donde estudió, entrenó y ahora trabaja, está enfocada en su familia, en especial en sus dos hijos, Keller y Declan, de tres y cinco años respectivamente.
“Sigo los deportes, entreno hasta otros deportes, pero ya no con la misma intensidad”, aseguró la nadadora panameña de 35 años de edad, que fue honrada al rebautizar la mejor piscina de Panamá con su nombre en 2003.
“En tamaño, distancia y profundidad es como otras olímpicas que he visitado, solo hay que mejorar ciertas partes y no es necesario cambiar el edificio entero”, comentó Coparropa al preguntársele si consideraba que la piscina olímpica de Juan Díaz estaba obsoleta.
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La nadadora que se retiró hace 11 años, después de 17 años de carrera sigue de cerca la natación. Para ella hay que evolucionar para mejorar, por lo que acepta la llegada de los profesionales a los Juegos Olímpicos.
“El atleta es el atleta, sea profesional o aficionado. Si eres bueno, lo eres en cualquiera de las dos facetas, la diferencia es que uno de ellos vive de eso”, agregó.
Sobre los wild card o invitaciones que logran algunos deportistas para ir a las Olimpiadas, explicó que es una oportunidad para los países que no tienen muchos atletas.
Recordó que a las Olimpiadas estadounidenses de Atlanta en 1996 llegó por invitación, también conocido como el sistema de universalidad. Ese año Coparropa fue la abanderada de la delegación.
“El wild card o invitación es un buen programa, siempre y cuando que no se abuse”, comentó.
En los Juegos Río de Janeiro Brasil, Panamá compite con 10 atletas, 5 de ellos llegaron bajo este sistema.
También tuvo la oportunidad de ser abanderada en los Juegos Olímpicos de Sídney (Australia) 2000 y Atenas (Grecia) 2004.
Respecto a la natación panameña, dice que conoce a los atletas, y su realidad la comparó con la que viven los otros deportes, aunque reconoció que “ahora hay más apoyo de las autoridades”.
“Es la misma historia. Hay mucha pelea, mucha política, las intenciones no son al cien por ciento para el bien del atleta, pero todo se puede lograr con el enfoque correcto”, comentó Coparropa, que en Estados Unidos se desempeña en el área de las telecomunicaciones y viaja a Panamá esporádicamente para visitar a sus familiares.
“Si queremos llegar a un lugar diferente, no podemos seguir haciendo las cosas como hasta el momento, con esto no quiero decir que nuestro deporte está mal, pero no podemos seguir entrenando como lo hacíamos hace 20 años”, aseveró.
Coparropa, también conocida como La Sirenita de Oro y la reina de la velocidad, regresa este martes a Seattle, Washington, donde reside con su familia.
Entre sus logros destacan 11 récord regionales en la distancia de 50 y 100 metros libres en la natación. Además de ser la primera mujer panameña en ganar dos medallas de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe, de 1998 y 2002. En el año 2000 fue condecorada con la Orden Manuel Amador Guerrero y en 2003 fue distinguida con la Orden Justo Arosemena por sus logros en la natación a nivel internacional.
En la revista Forbes Centroamérica correspondiente a los meses de noviembre/diciembre 2014, Coparropa fue clasificada en la posición 28, de una lista de las 50 mujeres más influyentes de esta región.
