A sus 80 años de edad Ildefonso Lee es árbitro, dirigente deportivo y, de vez en cuando, aconseja a jóvenes promesas del levantamiento de pesas, un deporte en el que es toda una leyenda en Panamá. En un repaso de su vida deportiva olímpica dio su apreciación del deporte panameño, del que dijo que "estamos atrasados 40 años".
Lee es el atleta panameño de mayor edad, por el momento, que ha competido en unos juegos olímpicos; también es uno de los tres deportistas de Panamá con más participaciones seguidas en las olimpiadas, y testigo de uno de los peores hechos de sangre registrados en la historia deportiva, la masacre de Múnich en 1972.
Ahora jubilado y arquitecto de profesión, fue parte de la delegación que asistió a los juegos alemanes, en los que se convirtió, a sus 36 años de edad, en el atleta más veterano de Panamá en competir en una cita olímpica. En los juegos de Río de Janeiro Brasil, que se inauguran el 5 de agosto, participará el tirador David Muñoz de 51 años, que podría quitarle la distinción.
El pesista de la categoría pluma estuvo en las olimpiadas de Tokio (1964), México (1968) y Múnich (1972) para ser uno de los tres panameños que han participado en la misma cantidad de juegos. Los otros son Irving Saladino, quien compitió en Atenas (2004), Pekín (2008) y Londres (2012); y Eileen Coparropa, que acudió a los de Atlanta (1996), Sidney (2000) y Atenas (2004).
De las tres olimpiadas a las que asistió Lee, la de Múnich le trae gratos y malos recuerdos. En esos juegos 11 miembros del equipo de Israel fueron tomados rehenes y asesinados por un comando denominado Septiembre Negro, un grupo al que se le vinculó con la Organización para la Liberación de Palestina.
“A uno de ellos lo conocía”, recuerda Lee al mencionar el apellido (David) Berger, un levantador de pesas, con quien había entablado una amistad de atleta, porque entrenaron juntos en Múnich. “Su entrenador murió junto a él, parece que mostraron resistencia, hubo una balacera”, agregó.
Lee dice que se vivieron momentos de angustia, dolor e impotencia. “No podíamos hacer nada, la seguridad se intensificó, la Villa Olímpica donde ocurrió la tragedia era una base militar acomodada para la ocasión”, señaló.
La pregunta
¿Cómo entraron esas armas?, “¡todos nos preguntamos eso, porque al entrar y salir de la Villa Olímpica revisaban los buses, los maletines y a las personas!”, advierte.
El pesista panameño dijo que observó desde un edificio de dos plantas, cómo los rehenes y sus secuestradores llegaron en un bus amarillo a un terreno “donde aterrizaron tres helicópteros” para ser trasladados a un aeropuerto internacional, tras muchas horas de negociaciones.
“Ellos iban encapuchados y amarrados, solo dos helicópteros despegaron, el tercero parecía que no era necesario”, recuerda Lee. “Lo demás lo supimos por la televisión y los medios de comunicación, el desenlace se dio en un aeropuerto”.
El levantador de pesas reveló que existió la posibilidad de suspender los juegos ante la inseguridad; sin embargo continuaron y son para él, unos de los que más recuerda en su vida olímpica, en la que además estuvo en otros tres juegos como directivo y entrenador.
De sus compañeros de equipo mencionó a Henry Phillips. “Él está vivo, es más joven que yo”, bromea; del abanderado Donaldo Arza, cree que no se encuentra fuera del país; y de Wanelge Castillo, dice que “vive en Santiago de Veraguas donde es instructor de lucha”.
¿Ser olímpico le sirvió en la vida? “Con toda seguridad”, señaló Lee quien lo explicó con un breve pasaje. “Cuando me gradué del colegio Artes y Oficios conseguí un trabajo de aseador en el Ministerio de Obras Públicas, ganaba solo 50 dólares mensuales, pero por ser un atleta destacado nunca me pusieron a limpiar y me encargaron de un departamento”.
Pero no solo fue eso, “después conseguí un trabajo de dibujante en una empresa donde laboré 38 años, fui desde vendedor hasta Gerente Administrativo, luego que me gradué de arquitecto. En todo ese tiempo me dieron la oportunidad de estudiar y competir. Hoy día, todavía sigo siendo referencia en este deporte”.
Opinión
¿Qué piensa de los profesionales en los Juegos Olímpicos? “Ya no hay atleta aficionado, todos de alguna forma se benefician del deporte”, destaca Lee antes de dar su opinión. “Los Juegos Olímpicos antes eran una inversión que hacían los países para construir nuevos coliseos deportivos, no era un negocio”.
Sin embargo, con la entrada de la televisión y la cobertura de los medios de comunicación pasó a ser un negocio, desvirtuando el principio del Comité Olímpico Internacional, que se había formado como un grupo sin fines de lucro.
“De seguro que todos queremos ver a los mejores en los distintos deportes, este es un producto que se mercadea bien y produce dinero. Por eso algunas federaciones han permitido que atletas profesionales compitan”, añadió.
Y de la universalidad, un mecanismo que se creó para darle la oportunidad a los comités olímpicos nacionales, para que atletas que no lograron hacer marcas puedan competir en determinados deportes, ¿qué opina? “En Panamá todos son merecedores de la universalidad, competimos en desventaja porque aquí el deporte no es una prioridad”.
“Seguimos siendo un apéndice del Ministerio de Educación y la mayoría del presupuesto del Instituto Panameño de Deportes se va en planilla”, agrega.
Su siguiente comentario fue para meditar. “En deporte estamos atrasados 40 años y los atletas panameños que triunfan son los que se entrenan afuera. Las olimpiadas son un negocio que permite la universalidad para que todos los países tengan a alguien que seguir en los juegos”.
Sobre problemas que atacan a los Juegos Olímpicos de Brasil, como económicos, políticos y de salud, comentó que en todos los países que albergan la cita olímpica siempre se dan esas realidades, que terminan cuando se clausuran los juegos y son declarados los mejores de la historia.
Sedes
Lee muestra fotográficamente algunos de sus mejores momentos en este deporte. Así resalta, entre sus distinciones, que tiene 2 medallas de oro y 4 de plata en los Centroamericanos y del Caribe; que posee 4 doradas en los Juegos Bolivarianos; y 5 preseas (1 oro, 1 plata y 3 bronce) en los Panamericanos. De los Juegos Olímpicos menciona que terminó en la posición 19 en la categoría ligera en Múnich; en México, 12 en la división pluma; y 9, en pluma en Tokio.
Por el momento seguirá ayudando en lo que pueda a desarrollar esta disciplina, que en un principio se practicó en el estadio Juan Demóstenes Arosemana, en el gimnasio de voleibol Alberto Beto Remón y ahora en el Centro de Alto Rendimiento de Juan Díaz.
El múltiple ganador de medallas en torneos del ciclo olímpico forma parte actualmente de la Federación Panameña de Halterofilia, la cual presidió por casi 40 años seguidos, es subsecretario del Comité Olímpico de Panamá, y actúa como árbitro en competencias internacionales. Y quizás participe como delegado en otros Juegos Olímpicos.
