Australia está debajo del puesto 60 en el ranking de la FIFA. Panamá, en el 31. Sacan los australianos a relucir sus mascotas de canguro y cómo fastidian a los jugadores del Chile, lindo y querido.
En la cleptocracia local canguro, con k, es símbolo de moneda. Hay hasta casas de cambio de melones, mameyes y kanguros. Pregúnteles a los panistas y al MEF, generoso en la distribución de partidas electorales. Algo huele mal en el Bebedero nacional.
Chile brilla entre los mejores de la Copa. Técnica, equipo compacto, estrategia vencedora.
No se detiene en su aspiración de ser Primer Mundo, con un modelo económico centrado en exportaciones, diversificadas, sin que pueda erradicar los bolsones de pobreza en las periferias urbanas y en las zonas rurales.
Si van a otorgarles credenciales a los beneficiarios de esos recursos públicos con fines electoreros que sean unas que digan más o menos: República Cleptócrata, Ministerio del Bebedero Nacional.
Si no determinan esta opción, entonces que repitan elecciones en cada uno de esos pagos, y que sea juego limpio, nada del repugnante juegavivo que ha distribuido partidas y recursos a los candidatos oficialistas en las elecciones del 4 de mayo. Mucho kanguro.
Se contagia la abdicación de Juan Carlos de Borbón. La selección española abdica a su titularidad mundial y a sus jugadores Holanda los saca de las casillas, y esa nación atlántica se convierte en Golanda. Humillación, ridículo. Esas diabluras no se le hacen al campeón.
Muchos españoles lloran y se olvidan que se trata de un juego. Juego visto por miles de millones de personas en todo el mundo, a través de los medios de comunicación.
La fortaleza de Brasil es su timonel. Muchos políticos quisieran contar con algo de la popularidad de Felipao. Sobre todo, en un momento en que se estructuran las campañas políticas para las elecciones generales de octubre próximo, en las que encabeza la intención de voto la presidenta Dilma.
¿Qué sería de ese equipo sin Neymar? ¿Qué sucedería si Brasil no clasificara para el partido final? Los pronósticos indican que sí estará y, en distintos escenarios, que competirá contra España, Alemania o Argentina. ¿Cómo sería un partido final entre dos gigantes latinoamericanos?
Uno siempre imagina cómo será una participación panameña en una Copa. Es una aspiración nacional. Nuestros vecinos, Colombia y Costa Rica, sí están en el campeonato. Nosotros solo estamos representados con un árbitro, colonense Roberto Moreno, quien debutó en el partido Chile-Australia, y se le vio cargando unos carteles de cambios y de anuncio de la reposición de tiempo del encuentro.
El azar vale también. Y la suerte no acompaña a Costa Rica. Cuando Alemania fue anfitrión, debió disputarle el primer partido. En esta ocasión, está en un grupo demoledor, con Uruguay, Inglaterra e Italia. Mucha experiencia e historia de esos competidores, y será una oportunidad para que los vecinos se crezcan.
Son mayores las posibilidades de Colombia de pasar a la segunda ronda y, tras el enfrentamiento con Grecia, esa selección, símbolo de unidad nacional, influir en el balotaje hoy entre los candidatos presidenciales Santos y Zuluaga.
Estamos en el terreno lúdico, que puede ser más serio que la ciencia, y México no causa buena impresión a Panamá. Cuando se enfrente a Brasil la próxima semana, ondearán en el patio las banderas verdeamarelas, y nos olvidaremos de las lacrimógenas telenovelas y las rancheras de siempre.
