Una mujer* de 53 años necesitaba con apremio un nuevo corazón para tener una segunda oportunidad de vida, literalmente. El suyo, al padecer de una insuficiencia cardíaca que dificultaba su función de bombear la sangre en su organismo, deterioraba la calidad de su salud.
Desde 2014 aguardaba en la lista de espera del Programa de Trasplante Cardíaco de la Caja de Seguro Social (CSS). A partir de esa fecha, mantenía despierta la esperanza de que algún día encontraría un reemplazo para su corazón enfermo que le mejoraría su expectativa de vida unos 13 años o más.
Ese día llegó, y hoy, viernes, la paciente cumple una semana desde que en su pecho late un corazón sano que le correspondía a un joven* de 24 años que había sufrido hemorragia intracerebral la semana pasada, pero que le manifestó a sus familiares su deseo de ser donante de órganos.
Así, el viernes 11 se realizaron de forma casi simultánea la cirugía cardiovascular para extraer el órgano del donante en el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social (CSS), y una vez obtenido, se movilizó el órgano preservado al Hospital Punta Pacífica (HPP), donde se hizo la intervención quirúrgica para implantar el corazón una vez se extrajo el enfermo.
Cedars-Sinai Medical Center (Dr. Jon Kobashigawa) - Utah University (Dr. Josef Stehlik) - Johns Hopkins Hospital son algunas de las entidades que aplaudieron el importante logro.
Se trató del primer trasplante de corazón realizado en el país, un hecho en el que participó un equipo multidisciplinario de profesionales panameños de la salud de la CSS y del HPP.
Antes de llevarse a cabo las cirugías, el jueves 10 se hicieron pruebas de histocompatibilidad (que permiten determinar si existe semejanza inmunológica entre donante y receptor) en el Laboratorio Nacional de Trasplante de Órganos de la CSS, los que determinaron que existía una alta compatibilidad entre la receptora y el que era entonces el potencial donante, pese a que no compartían lazos familiares.
El cardiólogo intervencionista Temístocles Díaz Lezcano, el único cardiólogo certificado en Panamá para realizar trasplantes cardíacos y quien participó en la intervención, afirmó que los miembros del equipo “quedamos sorprendidos porque la histocompatibilidad [hallada] entre ambos era algo muy difícil de encontrar porque vivimos en una sociedad multicultural, donde todos estamos enrazados; inmunológicamente, encontrar tal compatibilidad era algo muy difícil, pero así fue”.
De esta manera, el “potencial donante” pasó a convertirse en “donante” oficial de la paciente, dijo el cirujano cardiovascular y torácico Manuel Ochoa, especialista en trasplante cardíaco y director del Programa de Trasplante Cardíaco de la CSS.
Sin embargo, hacen falta más héroes dispuestos a donar sus órganos y tejidos en el istmo para que ocurran más casos exitosos como este, recalca el médico César Cuero, director de la Organización Panameña de Trasplante (OPT).
Hoy no solo esta paciente goza de una función cardíaca saludable gracias al corazón que le fue trasplantado, sino que otros cinco pacientes más mejoraron su calidad de vida al recibir de este mismo donante su hígado, sus dos riñones y ambas córneas, añade el doctor Cuero, quien menciona que su hígado y sus riñones fueron implantados el 11 de marzo, mientras que las córneas, el 14.
Si bien es cierto que en Panamá se cuenta con profesionales idóneos para llevar a cabo trasplantes de órganos y tejidos, una limitante existente es que aquí se carece de una cultura de donación consolidada, piensa el doctor Díaz Lezcano.
“Se dice que quien salva una vida, salva el mundo”, reflexiona el cardiólogo, quien hace un llamado a la población para que se inscriba en el Registro Nacional de Donantes —que funciona bajo la tutela de la OPT— ya que se necesita contar con más donantes como este joven que, gracias a su voluntad, hizo posible que se llevara a cabo el primer trasplante de corazón en el país, un hecho que ha sido aplaudido por instituciones estadounidenses como la Sociedad Internacional de Trasplante de Corazón y Pulmón, Cedars-Sinai Medical Center y Utah University.
En una entrevista brindada en exclusiva a La Prensa comparten más detalles de la intervención, así como el estado actual de la paciente.
(*Se prohíbe revelar la identidad del donante y receptor, según la Ley 3 del 8 de febrero de 2010.)
Se buscan héroes de órganos y tejidos
Han pasado siete días desde que en el pecho de una panameña de 53 años bombea un nuevo corazón.
Se trata de un corazón saludable que le fue donado por un joven istmeño de 24 años, reemplazándose así aquel con el que vino al mundo que padecía una cardiopatía dilatada que empezó a aquejarla luego del término de su embarazo hace 13 años.
Su evolución ha sido favorable, indican médicos especialistas que se han encargado de su seguimiento. Tan solo al día siguiente, la receptora del órgano logró sentarse fuera de su cama de la unidad de cuidados intensivos, y cada día ha caminado poco a poco, come y respira por sí misma.
Su caso se trata del primer trasplante de corazón realizado en Panamá, llevado a cabo por un equipo multidisciplinario de profesionales panameños de la salud de la Caja de Seguro Social (CSS) y del Hospital Punta Pacífica (HPP), quienes se estuvieron preparando desde hace dos años, a la espera de que se presentara la oportunidad de contar con un donante de corazón que fuese compatible con ella. Y así fue.
Todo comenzó con una llamada que recibió el grupo quirúrgico en la tarde del jueves 10 de marzo, de la médico Michelle Quiroz, coordinadora de la Organización Panameña de Trasplante, en que comunicó que se contaba con un potencial donante de corazón.
Una vez dicho esto, el Laboratorio Nacional de Trasplante de Órganos de la CSS procedió a hacer las pruebas de histocompatibilidad, y en la madrugada del viernes 11 su director, el tecnólogo médico e inmunólogo Alejandro Vernaza, manifestó que existía alta compatibilidad.
Durante esa noche y en la madrugada del viernes se realizó en dicho laboratorio un test llamado “prueba cruzada virtual” que comprobó la compatibilidad, dijo el cardiólogo intervencionista Temístocles Díaz Lezcano.
La prueba consistió en unir una muestra de sangre de la receptora con la del donador para conocer si se generarían anticuerpos, y no fue así, lo que permitió comprobar antes de la cirugía que la receptora no rechazaría el corazón que se le sería implantado.
“El laboratorio que dirige el licenciado Vernaza es uno de los mejores laboratorios en el mundo. Gracias a este especialista, Panamá cuenta con una técnica que solo se realiza en grandes centros”.
Manos a la obra
Para que se hiciera el trasplante cardíaco en cuestión, se llevaron a cabo dos intervenciones quirúrgicas de manera casi simultánea, afirma el cirujano cardiovascular y torácico Manuel Ochoa.
La primera se inició el viernes 11, a las 11:00 a.m., en el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid de la CSS, en donde cirujanos cardiovasculares extrajeron el corazón sano del donante.
Luego, este corazón se mantuvo en estado de hipotermia y se introdujo en una solución preservadora de órganos hasta que fue transportado rápidamente al HPP, donde se realizó la intervención de implante en la receptora, que se inició a las 12:20 p.m. aproximadamente, añade Ochoa.
Tras la aplicación de la anestesia, cirujanos cardiovasculares procedieron a hacer una incisión en el tórax, y se conectó una máquina de circulación extracorpórea (un sistema que asume las funciones del corazón y pulmón) a la receptora mientras se esperaba la llegada del órgano.
Una vez el corazón del donante llegó al hospital, se extrajo el órgano enfermo de la paciente para implantar el sano.
Finalizada la cirugía, se desconectó la máquina de circulación extracorpórea de la paciente, y el corazón implantado hizo su magia: empezó a latir por sí solo, empezando a bombear la sangre en el organismo, relata Ochoa. “El corazón, al recibir la sangre nueva con su flujo coronario, empezó a latir; en el caso de ella, latió espontáneamente sin arritmia. A las 5:30 p.m. el corazón nuevo ya estaba latiendo”.
Una vez se cerró la incisión, se estabilizó a la paciente con medicamentos inmunosupresores, que son los que tomará de por vida para evitar que su sistema inmunológico rechace el nuevo órgano, subraya el médico intensivista Nelson Ferrer.
“La paciente se encuentra estable. Actualmente está en la unidad de cuidados intensivos, pero está con una evolución muy favorable”, dice.
El especialista agrega que se busca “mantenerla en movimiento constante, y se trata de quitarle la mayor cantidad de tubos que invadan al paciente para evitar posibles infecciones y al mismo tiempo aumentar su movilidad; ella está entre 75% y 80% móvil, y eso es lo ideal. Si no hay ningún tipo de complicación o contratiempo —que tiende a ocurrir con regularidad en este tipo de pacientes— es razonable estimar que se podría ir potencialmente a su casa la próxima semana”.
Una vez fuera del hospital, la paciente continuará bajo cuidados médicos. “Los pacientes de trasplante necesitan un seguimiento de por vida, siendo más estricto en las primeras etapas postrasplante, pero en la medida en que la receptora va evolucionando se hacen ajustes”, agrega el doctor Ferrer.
Con este trasplante, se le está dando a la receptora, a futuro, un promedio de una expectativa de vida de 13 años, recalca Díaz Lezcano.
“Este procedimiento tiene una tasa de éxito de 90% en el primer año; tras 5 años del procedimiento, el promedio oscila entre 70% y 80%, y a los 10 años está en 60% (...) Hay pacientes que han vivido más de 20, 25, hasta 30 años con un trasplante cardíaco”.
Trasplantes históricos
El primer trasplante de corazón de humano a humano lo realizó el cirujano Christiaan Barnard en Sudáfrica, en 1967. El receptor del órgano fue Louis Washkansky, quien falleció a los 18 días luego del implante a causa de una neumonía.
Sin embargo, hoy en día, “la expectativa de vida de estos pacientes ha mejorado tremendamente gracias a los múltiples medicamentos inmunosupresores que tenemos”, explica Ferrer.
El paciente de trasplante de corazón que mayor sobrevida ha tenido fue Tony Huesman, quien vivió 31 años luego de la cirugía realizada en 1978 en Estados Unidos (EU).
Si bien es cierto que la cuantía de una intervención como la que se hizo en Panamá pudo representar un costo de más de 1 millón de dólares en EU y en Europa, “el hecho de solo recibir un corazón de un donante no tiene precio”, reflexiona el doctor Díaz Lezcano.
Así como se cumplió el anhelo que tenía esta paciente de conseguir un corazón que le mejorara su expectativa de vida, otras 299 personas en Panamá aguardan en listas de espera deseando correr con su suerte. No obstante, sus sueños de vivir más se harán realidad solo si otros deciden convertirse en donantes cuando su tiempo en el mundo llegue a su fin.
Radiografía de trasplante y donación de órganos
Los países de América en que se realizan trasplantes de corazón son Canadá, Estados Unidos, México, Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Argentina y ahora Panamá, convirtiéndose así el istmo en la segunda nación de Centroamérica en hacer este tipo de intervenciones, indica el cardiólogo intervencionista Temístocles Díaz Lezcano.
También en Panamá se han realizado 693 trasplantes de riñón, 34 de tipo hepático y 385 de células hematopoyéticas, así como más de 400 trasplantes de córneas.
Sin embargo, hay una lista de espera de pacientes que aguardan actualmente por órganos y tejidos.
El médico César Cuero, director de la Organización Panameña de Trasplante, señala que hasta febrero pasado, 235 pacientes esperan por riñón; 7 por hígado; 20 por células hematopoyéticas, 2 por corazón y 35 por córnea.
En el mundo, Estados Unidos y España son los dos países que lideran la donación de órganos y tejidos, plantea el doctor Díaz Lezcano, quien invita a que se promueva por medio de campañas la donación de órganos.