El histórico "Calypso", el barco con el que surcó los mares el comandante Jacques-Yves Cousteau, será subastado por los astilleros que lo reparaban después de que los herederos del difunto buceador no hayan hecho frente a los pagos adeudados.
Los astilleros Piriou anunciaron este 13 de marzo, en un comunicado, que el 16 de marzo enviarán una orden de embargo a la fundación "Équipe Cousteau" de la segunda esposa del científico marino para sacar a puja el navío, que descansa en un hangar de la costa bretona desde 2007.
La noticia llega después de que en la medianoche del 13 de marzo se agotara el plazo que el Tribunal de Rennes había dado a los dueños de "Calypso" para abonar unos 286 mil dólares a los astilleros y rescatar el que fuera un buque antiminas de fabricación británica, de 42.3 metros de eslora, que sirvió en la Segunda Guerra Mundial.
El barco, que Cousteau empezó a utilizar en 1950 y que de 1956 a 1996 convirtió en su laboratorio oceanográfico y plató para sus conocidos documentales, estaba destinado a convertirse en un museo itinerante.
Pero las batallas judiciales entre los herederos del comandante, las dificultades para recaudar fondos durante la crisis económica y los reiterados cambios de planes sobre la embarcación de la última esposa del marino elevaron la factura de su planeada reconversión hasta unos inabordables 8.3 millones de dólares.
"Vamos a hacer lo necesario para tener las manos libres legalmente y encontrar la mejor solución, que nos permita recuperar la suma que se nos debe y liberar nuestros locales, pero también, lo espero profundamente, dar al Calypso un futuro digno de su leyenda", declaró el presidente de los astilleros, Pascal Piriou.
Los responsables de comunicación de la fundación "Équipe Cousteau" explicaron que no comentan "las acciones o discursos del señor Piriou".
"El Équipe Cousteau está sereno, confiado, y comunicará en el momento adecuado las informaciones relativas a un futuro positivo para el Calypso. Nada negativo le ocurrirá a ese barco", indicaron los propietarios de los derechos de imagen del comandante.
Parte de esa leyenda la construyó la televisión, gracias a los grandes documentales de Jacques-Yves Cousteau, el hombre que revolucionó y popularizó el buceo moderno, y también a través del cine, con el rodaje en la embarcación de la película Le monde du silence, dirigida por Louis Malle y premiada con la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1956.
