La sangre es un recurso vital para la vida humana. Es también aquel denominador común que une tanto a hombres como a mujeres. La sangre es, además, un tejido transferible, ya que sus componentes de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas se pueden compartir y así salvar vidas a aquellos que los necesiten.
Hoy, 14 de junio, se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre, cuya celebración lleva como tema este año “La sangre nos conecta a todos” y como lema “Comparte la vida–Dona sangre” para así agradecer a los donantes.
La cifra global de donaciones es de 108 millones de unidades de sangre, mientras que en Panamá se ha dado un aumento en este sentido si se toma en cuenta que en 2015 se recibieron 56 mil 373 unidades de sangre, mientras que en 2011, la cantidad fue de 54 mil 427, según datos del Programa Nacional de Sangre del Ministerio de Salud.
Para Arinda Alemán y Esmeralda Tuy, coordinadoras médica y técnica del Programa Nacional de Sangre, respectivamente, el aumento es positivo, mas no es lo que se espera, y coinciden en que aún hace falta que la población cambie su actitud hacia la donación de sangre, ya que donar es un gesto de responsabilidad social.
Del total de sangre donada el año pasado, el 88% (49 mil 392 unidades) fueron donaciones de reposición (es decir, que el paciente recibió la sangre antes de que algún familiar o amigo la donara), mientras que solo el 7% (3 mil 982) fueron voluntarias (donaciones de forma altruista, sin que algún conocido la necesitase).
Esto indica que es muy necesario que la sangre esté en los hospitales antes de que los pacientes lo requieran, afirma el médico Gabriel Rebollón, director de Sangre Panamá. Si aumentamos los donantes voluntarios, aumentamos los niveles de reserva de sangre en el país.
La Cruz Roja Internacional y la Organización Mundial de la Salud recomiendan que el 2% de la población done voluntariamente para cubrir las necesidades de sangre en un país. En Panamá, eso es equivalente a 74 mil unidades de sangre por año, señala Rebollón. “Actualmente, estamos en un total de 56 mil unidades; una diferencia de 18 mil unidades de sangre”.
La donación de sangre permite como sociedad practicar la solidaridad, sin distinción de creencias religiosas, etnias o raíces culturales, plantea el médico Carlos Montero, encargado de la Coordinación Nacional de Medicina Transfusional y Bancos de Sangre de la Caja de Seguro Social. “A través del donar sangre se ejerce el deber ciudadano de ayudar al que lo necesita en su máxima expresión”.
Sin embargo, algunos lucran por donar sangre. El año pasado, por ejemplo, al menos 2 mil 980 donaciones de sangre se hicieron de forma remunerada, según datos del Programa Nacional de Sangre del Ministerio de Salud.
Las donaciones de sangre remuneradas están prohibidas por la ley que regula los bancos de sangre, señalan Alemán y Tuy. Coinciden en que los donantes remunerados mienten sobre sus hábitos y estilos de vida para recibir dinero, haciendo que la sangre donada no sea tan segura y ponga en riesgo a quien la reciba.
Hace falta más voluntad. Rebollón explica que en muy pocas naciones, en las que han sucedido grandes catástrofes, se ha palpado la necesidad urgente de obtener voluntariamente la sangre para preservar la vida de los afectados.
Un ejemplo reciente fue Francia, ya que tras los ataques terroristas había filas interminables de personas para donar sangre, relata. “Otros países, como el nuestro, no tienen ese sentimiento a flor de piel; hay que despertarlo y estimularlo”.
Las necesidades entre hospitales de Panamá varían, y se trata de un tema complejo que no solo se basa en volumen de pacientes, plantea Rebollón. “Los hospitales que ejecutaron más transfusiones en 2015 son el Complejo Hospitalario Metropolitano, el Hospital Santo Tomás, el Instituto Oncológico Nacional, el Hospital del Niño, el Hospital de Especialidades Pediátricas, el Hospital Rafael Hernández y el Hospital José Domingo de Obaldía, estos dos últimos de Chiriquí. Al ser centros hospitalarios de referencia tienen un volumen mayor de pacientes y, por ende, la necesidad de sangre es mayor en estos”, apunta.
BENEFICIOS
Donar sangre es el regalo de vida más invaluable que se puede ofrecer, plantea Montero. “Es la ofrenda más hermosa que puede brindarse a tres seres necesitados que, por uno u otro motivo, no pueden sostener sus vidas con su propia sangre. Esto es posible porque cada unidad donada se fracciona en tres componentes vitales: glóbulos rojos empacados, plaquetas y plasma”.
Donar sangre voluntariamente tiene un efecto inmediato en las personas, agrega Rebollón. “Ese donante se sensibiliza y entiende mejor que su sangre va a salvar una vida. El que recibe la sangre siente que esa persona le está salvando la vida y ve las cosas con otros ojos. Los donantes aprecian más a la familia y los amigos y se solidarizan con el prójimo. Todos lo perciben como un hecho simple que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona. El donante tiene la opción de hacer un milagro real”, comparte.
Para donar sangre se debe tener entre 18 y 65 años, pesar más de 110 libras y estar sano al momento de hacerlo, comenta Rebollón. Jóvenes con 17 años pueden donar con autorización de los padres.
Para hacerlo, hay que acercarse al banco de sangre de un hospital y presentar su identificación con foto.
Unos momentos después le tomarán una muestra para conocer su tipo de sangre, nivel de hemoglobina y hematocritos.
Posteriormente, lo examinará un médico para conocer su estado de salud. “Unos momentos después te llaman y donas una unidad de sangre en cinco minutos. Siempre recomendamos que las personas desayunen normalmente, pero sin frituras”, detalla Rebollón.

