Una simple botella de plástico ilumina los hogares más pobres de Filipinas

Una simple botella de plástico ilumina los hogares más pobres de Filipinas
Una simple botella de plástico ilumina los hogares más pobres de Filipinas

MANILA, Filipinas. EFE.- La bombilla ecológica hecha con una simple botella de plástico repleta de agua y lejía, ilumina colgada del techo los hogares de los filipinos sin acceso a la luz artificial o poder adquisitivo para pagar por ese servicio.

"Este método permite que los rayos del sol atraviesen la botella. Entonces, la refracción de la luz al entrar en contacto con el líquido ilumina toda la casa", explica a Efe el empresario Illac Diaz, impulsor de la iniciativa "Isang Litrong Liwanag" (Un litro de luz, en tagalo) promovida por la fundación "My shelter".

La iniciativa, que ya ha supuesto alumbrado casi gratuito para unas 25 mil moradas de las barriadas más pobres, partió de una idea desarrollada por el Instituto Tecnológico de Massachussets, de Estados Unidos.

Los voluntarios del programa "Un litro de luz", ayudados por el Ejército durante jornadas benéficas especiales, fijan la botella a una lámina de fibra de vidrio con un orificio en medio y la llenan parcialmente con agua purificada -que permite una mayor claridad- y tres cucharadas de lejía para evitar la formación de moho u otras formas de vida en al menos cinco años.

Después sellan la botella herméticamente, agujerean el tejado de la chabola con un taladro y colocan el artilugio.

El morro de la botella queda en el exterior, como una chimenea diminuta, y capta la luz solar, que se expande en el líquido y refulge de manera parecida a una bombilla convencional de bajo consumo.

 Este ingenio da luz gratuita durante el día en las chabolas, por lo general apiñadas las unas con las otras y en las que disponer de una sola ventana es casi una quimera.

Aunque el artilugio no funciona por la noche, Díaz sostiene que "algunas personas que viven cerca de una farola también tienen luz después de la puesta de sol".

"No pensaba que una botella pudiera darnos luz, esto nos va a permitir ahorrar muchos pesos en electricidad", dice Lita, una mujer de 42 años que contempla incrédula cómo brillan los dos "bulbos de luz" que acaban de instalar en el techo de su chabola.

Filipinas, un país donde alrededor de un tercio de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, es el segundo país de Asia con la tarifa eléctrica más alta, sólo por detrás de Japón.

El coste aproximado del material -una botella, una lamina de zinc o fibra de vidrio, el agua purificada, la lejía y el aislante para fijar el ingenio- ronda un dólar (75 céntimos de euro) y hasta el momento, los materiales, ensamblaje y colocación de la bombilla han sido costeados con las donaciones.

El objetivo final es cortar la dependencia de la caridad y formar a pequeños emprendedores con conocimientos técnicos que instalen las bombillas de casa en casa a un precio módico para de esta forma combatir el desempleo entre los filipinos más pobres.

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