GINEBRA, Suiza. (EFE).- El brote de ébola en tres países de África occidental se ha convertido en un nuevo desafío humanitario en el que las sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja pueden actuar con una eficacia superior a la de equipos y expertos llegados del extranjero.
Así lo reconoció en una entrevista con Efe el nuevo director general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), el senegalés Elhadj Amadou Sy.
Sy dirige desde esta semana el mayor movimiento humanitario del mundo, que se apoya en el trabajo de 17 millones de voluntarios y que solo el año pasado aportó socorro a 85 millones de personas.
"En las crisis sanitarias tenemos que poner más atención a la protección (de los voluntarios y del personal) a través de un equipamiento apropiado para trabajar en condiciones seguras", enfatiza Sy en su oficina de la sede mundial de la FICR, en Ginebra.
El actual brote de ébola en Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona es el más letal visto hasta ahora y 2 mil 500 voluntarios de las sociedades de socorro de estos países trabajan para controlarlo, con el apoyo de decenas de especialistas y personal sanitario extranjero.
La FICR ha coordinado en estos días el envío urgente de un equipo de veinte especialistas a Sierra Leona para poner en funcionamiento un centro de tratamiento y aislamiento de enfermos de ébola.
"Los equipos estarán bien dotados con todo el material que necesitan: máscaras, trajes y guantes, con productos de higiene, antes de ser autorizados a ir a las zonas afectadas. También tendrán una formación sólida sobre cómo comportarse con los enfermos", aclara Sy. Para la lucha contra el ébola, en las que están comprometidas las sociedades de socorro de los tres países afectados, la financiación todavía escasea, con 40% de 2.2 millones de euros solicitados para Guinea; 26% de los 1.5 millones para Liberia y 19% de los 1.1 millones para Sierra Leona.
