En el mundo, cuando se habla de equidad de género, se tiende a pensar en la protección de los derechos de la mujer.
Sin embargo, este concepto hace referencia tanto a la condición de las féminas como la de los varones.
Lo que sí es una realidad mundial es que las desigualdades están más presentes en ellas, y dichas disparidades las aquejan desde el momento en que son niñas hasta cuando llegan a la adultez.
Una de cada tres mujeres ha experimentado violencia alguna vez en su vida, expuso la médico y magíster en salud pública Amparo Gordillo-Tobar, economista senior del Departamento de Salud, Nutrición y Población del Banco Interamericano de Desarrollo. La especialista afirmó esto en el reciente XIV Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, celebrado en Harvard Faculty Club, en Boston, Massachusetss, Estados Unidos.
Así mismo, manifestó que el 30% de las niñas están casadas para la edad de 18 años. “Esto le cambia el panorama a la niña, porque no se le dio tiempo de disfrutar de su juventud un poquito más, de tener un tiempo para formarse más, para poder estudiar”.
A la fecha, la brecha que existe en la equidad de género en lo que se refiere a la fuerza de trabajo ha disminuido, pero todavía existen desigualdades si se toma en cuenta que “solo el 55% de las mujeres va a la fuerza de trabajo de una forma remunerada” porque el otro porcentaje de estas trabajan en casa, ya sea “atendiendo a los niños, al abuelo enfermo”, entre otras situaciones, comenta la economista.
Vale la pena recalcar que aquellas féminas que trabajan tiempo completo “ganan entre 10% a 30% menos” del monto por el que son remunerados los hombres a todo nivel.
Pese a ello, la mujer representa el 50% de la población, por lo que significa un potencial de productividad y una fuerza para el desarrollo, expuso Gordillo-Tobar.
Mortalidad materna
Los casos de mortalidad materna son una realidad, debido a que todavía “no se ha logrado superar la batalla de morir por parir”, subrayó la expositora.
El riesgo de la mortalidad materna involucra varios componentes, entre los que están el riesgo que acarrea el embarazo, así como las posibilidades de desarrollar complicaciones cuando se da a luz y en el periodo del post-parto.
Según manifestó la médico, la edad reproductiva es un periodo muy vulnerable en la vida de la mujer, por lo que los servicios de salud deben “responder correctamente en esta etapa de su ciclo de vida”, ya sea en mujeres adultas así como en niñas y adolescentes que quedan encinta. “Esto no solo depende del servicio de salud que se brinda, sino de la fortaleza del sistema de salud del país”.
En América Latina, por ejemplo, existen altas tasas de fertilidad en adolescentes, donde una de cada cinco adolescentes da a luz antes de los 18 años, dijo Gordillo-Tobar. “Los cuerpitos de las adolescentes no están en la misma madurez [que tendrían los organismos de las mujeres adultas] para dar a luz , y por tanto corren mucho más riesgo. Se considera que su riesgo es hasta dos o tres veces mayor que el de una mujer más madura que haya pasado los 18 o 20 años”.
En Panamá, 10 mil 976 embarazos adolescentes (10 a 19 años) se registraron en 2015, según datos preliminares del informe “Proporción de adolescentes embarazadas”, del Departamento de Registros y Estadística del Ministerio de Salud.
Tarea pendiente
Gordillo-Tobar reflexiona que hasta 2015 ningún país en el mundo ha logrado alcanzar la igualdad de género, siendo esta una tarea pendiente. Naciones como Islandia, Noruega, Finlandia, Suecia e Irlanda han cerrado más del 80% de las brechas de género, mientras que Yemen es el país que ha logrado reducir su brecha de género poco menos de la mitad (48%).
