La esperanza de vida de los afroamericanos estadounidenses ha mejorado netamente desde 1999 pero sigue siendo cuatro años más corta que la de los blancos, según un informe de las autoridades sanitarias federales publicado el martes.
En 2014 la esperanza de vida de los afroamericanos en Estados Unidos era de 75.6 años de edad y la de los blancos de 79 años de edad, indicaron los autores de este estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En el año 2000, 14 años antes, la esperanza de vida era de 71.8 años de edad para los afroamericanos y de 77.3 años de edad para los blancos, con lo que la distancia entre ambos grupos de población se ha reducido.
Esta mejora es el resultado de un descenso de la mortalidad causada por enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes cerebrovasculares (ACV).
El número de muertes provocadas por estas patologías ha disminuido fuertemente entre los afroamericanos de más de 65 años de edad, que ahora mueren menos de esas enfermedades que los blancos de la misma edad.
"La desigualdad frente a la muerte entre afroamericanos y blancos esta desapareciendo", señaló la doctora Leandris Liburd, directora adjunta de la oficina de salud de las minorías étnicas del CDC, en una tele-rueda de prensa.
"Sin embargo, a pesar de ésto, sigue habiendo grandes desigualdades", añadió.
La fosa racial se ha estrechado completamente en lo que se refiere a la mortalidad provocada por enfermedades cardiovasculares y a las causas de muerte de los mayores de 65 años de edad.
El informe del CDC revela también que los afroamericanos de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años de edad corren más riesgo de sufrir y morir de enfermedades crónicas como patologías cardiovasculares, ACV o diabetes adulta, que normalmente afectan a los blancos más mayores.
El informe destaca, por otra parte, que la tasa de mortalidad por homicidio entre los afroamericanos se ha mantenido inalterada en el periodo 1999-2015 que abarca este estudio.
Las condiciones económicas y sociales como la pobreza, un nivel de formación más débil y tasas de desempleo más elevadas contribuyen a estas fosas en materia de salud entre blancos y afroamericanos. Además, los afroamericanos son a menudo más obesos y menos activos físicamente que los blancos, estiman los investigadores.
