Las emociones son más que una respuesta fisiológica ante un estímulo externo. Estas requieren cuidado y atención. Al ser manejadas incorrectamente, el bienestar general de la persona se puede ver afectado.
Se ha comprobado que las emociones están íntimamente ligadas a la salud, afirma la psicóloga Tamara de Zebede.
“Cuando una persona tiene dificultad en manejarlas o expresarlas, el cuerpo paga la factura”, añade la especialista, quien junto a su colega Becky Malca, brindará el taller “Emociones y salud” el próximo 5 de julio, a partir de las 6:00 p.m., en Consultorios Royal Center.
Para mayor información escribir a beckymalca@yahoo.com o tamarazebede@gmail.com.
De acuerdo a De Zebede, aprender a reconocer las emociones y entenderlas es, además, indispensable para “relacionarnos y funcionar adecuadamente”.
Sin embargo, la gente tiende a pensar que la expresión emocional es un signo de debilidad. “Esto conlleva a un mal manejo de las emociones, y por ende, a síntomas físicos y al deterioro de la salud”, plantea la especialista.
Vivir experiencias de fuerte impacto como rupturas, traiciones, violaciones, pérdidas, duelos no resueltos, apegos inseguros, entre otras, y no reconocer ni aceptar las emociones que se ven inmersas en estas fomenta que la persona pierda el control de estas, comenta Malca.
Las emociones, cuando no son manejadas correctamente, pueden afectar “tremendamente la vida de una persona, le impide tener relaciones satisfactorias, limita su progreso en el trabajo, etc. Esto puede llegar a minar cualquier área en la que nos desarrollemos”, explica la psicóloga.
La experta afirma que aunque culturalmente a las mujeres se les ha dado más permiso para conectarse con sus emociones, tanto hombres como mujeres con un escaso o nulo desarrollo de inteligencia emocional (es decir, empatía, asertividad, etc.) son “más vulnerables a presentar dificultad para manejar sus emociones”.
Por ello, Malca plantea que nunca es tarde para aprender a conocer, aceptar, entender y manejar las emociones. “Una vez que conocemos el rol que cada una de ellas tiene y descubrimos la forma como cada uno de forma individual puede abordarlas, encontraremos un mejor control, y por ende, una mejor calidad de vida, la cual debe ser autorrevisada continuamente”.
