El apego, es decir, aquel vínculo emocional que se forma entre una madre y un hijo, incide en la formación y el fortalecimiento de la personalidad y de la autoestima de ese niño cuando llegue a la adultez, apuntan estudios.
Este apego también es clave para que los padres puedan interpretar lo que sus hijos sienten y piensan.
Que los padres comprendan las emociones y los pensamientos de sus hijos es vital para el desarrollo de los propios niños. De manera que puedan “entender lo que pasa emocionalmente con ellos en vez de reaccionar solo a su conducta”, afirma la psicóloga Anabella Sosa de Brostella.
En otras palabras, “si el padre entiende lo que motiva al niño o lo que está por debajo de su conducta, le permite al niño sentirse ‘visto’ y ‘entendido’ y le ayuda a conocerse mejor. La comunicación clara y el hecho de que los padres puedan brindar un ambiente seguro son pilares básicos en la salud mental”, agrega la terapeuta de la Fundación Relaciones Sanas y el Instituto Internacional de Psicoterapia, dos organizaciones que mañana, viernes, llevarán a cabo la conferencia “Ayudemos a la familia y a los niños a entender sus emociones y pensamientos”. La misma será dictada por la psicoanalista Norka Malberg, miembro del Anna Freud Center de Londres y Yale Child Study Center de Estados Unidos. Para separar el cupo se debe llamar a 269-2060 o al email ipipanama.celindas@gmail.com
Según Sosa de Brostella, a veces la crianza que hayan recibido los padres puede influir en la forma en que estos comprenden a sus hijos. “En situaciones donde los padres son muy autoritarios, responden buscando un control y muchas veces dejan por fuera los sentimientos de los hijos. Siguen un patrón con el que fueron criados y por esto es muy difícil para ellos responder de otra forma. Sin embargo, al entender este patrón y hacerlo consciente ayuda a que puedan criar a sus hijos de una forma más adecuada para fomentar la autoestima y el bienestar emocional”.
Para comprender mejor a los hijos, aconseja ponerse en su lugar para “entender lo que les pasa afectivamente o comprender su conducta. Deben revisar cómo se sentían cuando tenían la edad de ellos ante sus padres. Con mucha frecuencia encontrarán que ponen a sus hijos en posiciones de mucha impotencia, incomodidad o temor ante la autoridad, igual a como ellos se sentían. Hay que buscar ayuda psicoterapéutica cuando existen estos patrones para poder cambiarlos y ofrecer una historia diferente a su nueva familia”.

