Paseo a ciegas es un emprendimiento social que busca ofrecer a personas con discapacidad visual la oportunidad de realizar paseos en bicicleta.
Ellos se reúnen cada dos domingos de 8:00 a.m. a 11:00 a.m. en la avenida Balboa, justo donde se encuentran los estánds de la ciclovía de Panamá.
Juventino Quiroz ha sido por años un promotor del uso de la bicicleta como medio de transporte.
En un viaje a Argentina conoció de esta alternativa, y decidió traerla a Panamá. Participó en un concurso de Ampyme donde se buscaban emprendimientos sociales, y obtuvo financiamiento para comprar dos bicicletas tándem y toda la logística básica para iniciar.
El paseo dura aproximadamente 15 minutos. En la bicicleta tándem se sienta en la parte frontal un piloto, mientras que el asiento trasero se encuentra la persona con discapacidad visual. Si bien quien se sienta adelante está encargado de manejar el timón principal; ambos deben pedalear con fuerza y mantener el equilibrio de la bicicleta.

Él es Miguel Atencio. Antes de perder la visión a los 12 años debido a una retinitis pigmentosa, Miguel Atencio amaba rodar bicicleta, al igual que muchos otros niños. Gracias a Paseo a Ciegas tuvo la oportunidad de, muchos años después, volver a sentir lo que es estar en dos ruedas.“Fue una emoción que nos embargó. Teníamos muchos años que no montábamos bicicleta, una emoción y una sensación de libertad. Porque cuando tú manejas una bicicleta (…) se siente una sensación de libertad y una emoción indescriptible. La brisa te da en la cara, sientes el espacio abierto, que vas como hacia el horizonte, que el horizonte es tuyo totalmente y que tienes el mundo en tus pies y en tus manos”, comentó Miguel.

El caso de Mia Castillo es más complejo, pues además de su discapacidad visual tiene un diagnóstico de autismo. Sus padres están constantemente en la búsqueda de alternativas donde Mia pueda participar. “Aquí estamos al aire libre, no hay quien la juzgue, y la mayoría están sensibilizados con el tema, conocen lo que está pasando y la paciencia que deben tener otros”, comentó su madre, Mirna Diaz.Hasta la fecha Mia ha participado en las dos jornadas en la que se ha realizado el Paseo a Ciegas.“Lo que es cambio, lo que es sensorial es un problema para ella”, agregó. Tras un inicio complicado, posiblemente por el ruido que provocaba una pequeña planta eléctrica ubicada cerca del estánd de Paseo a Ciegas, Mia venció sus temores y se subió en la bicicleta para dar un paseo en el que su papá iba como escolta. Una experiencia que si ya a muchos padres les resultará bonita, en estas circunstancias seguramente será inolvidable.

“Queremos invitar a personas con discapacidad visual para que vengan aquí a la ciclovía”, comentó Atencio. Además, recalcó que a pesar de que el paseo es muy seguro, no deben temer a un accidente.“Puede haber una caída, como a cualquier ciclista que maneje una bicicleta”. En la vida, asegura Miguel, el ser humano que no tiene cicatrices “en su piel, en su alma, en el corazón, donde sea, significa que no ha vivido”, concluyó Miguel.Puedes seguir a Paseo a Ciegas en su Facebook e Instagram, o bien escribirles a paseoaciegaspanama@gmail.com. El próximo encuentro está programado para el domingo 30 de julio.Más detalles de Paseo a Ciegas en: Inclusión a dos ruedas