Abraham Gómez, un joven de 28 años que reside en el distrito de San Miguelito, lleva cinco meses entregando hojas de vida para conseguir un trabajo, pero los resultados son nulos.
Se graduó de secundaria en 2005 y un año después, al cumplir 20 años, tuvo su primera hija, lo que, según dijo, lo llevó a asumir “grandes responsabilidades”, obligándolo a conseguir un trabajo para sostener a su familia.
Sus primeros tres empleos fueron en restaurantes de comida rápida y después, ha trabajado de manera temporal como mesero en varios hoteles y restaurantes.
Sin embargo, nunca ha tenido un trabajo estable y ahora se dedica a la buhonería, aunque sigue en la búsqueda de una nueva oportunidad.
Como Gómez, hay otros 213 mil 229 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad que ni trabajan ni estudian. Son los llamados ninis.
Así lo detalla el último informe sobre el estado del mercado laboral, elaborado por el Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República, publicado en junio pasado.
LAS CIFRAS
El documento, que se publica dos veces al año –en junio y noviembre–, precisa que este fenómeno tiene una mayor incidencia entre las mujeres, que suman 72% del total (153 mil 525). Los hombres, en cambio, totalizan el 28% (59 mil 704).
De acuerdo con el informe, el 39% de las mujeres ninis dice tener responsabilidades familiares o no tener con quién dejar a los niños, lo que les impide estudiar o trabajar.
Las cifras también revelan que 68% de los ninis; es decir, 144 mil 996 jóvenes, son urbanos, mientras que en las zonas rurales suman 68 mil 233 (32%).
Además, el informe detalla que la cantidad de ninis representa el 23% de los 937 mil 207 jóvenes que tienen entre 15 y 29 años de edad.
DEFINICIÓN Y ORIGEN
El ingeniero René Quevedo, quien durante 22 años ha analizado el tema y desarrollado programas de capacitación, inserción y reinserción laboral de grupos socialmente marginados, jóvenes vulnerables y en conflicto con la ley, tiene sus planteamientos.
Este especialista definió el término nini como un “estatus transitorio”, que se origina por dos fenómenos fundamentales: la deserción escolar y las barreras que enfrentan los jóvenes en el país, como la falta de competencias y experiencia para obtener y mantener un empleo.
Agregó que, a pesar de que la cifra es alta, evidencia una disminución en comparación con el último informe, divulgado en 2015.
Para ese año se habían contabilizado 222 mil 331 ninis; es decir, que hubo una disminución de 9 mil 102 jóvenes.
Quevedo explicó que esta disminución es consecuencia de que la población ocupada y población estudiantil ha aumentado.
Agregó que no necesariamente el 100% de los ninis es inactivo totalmente o no está preparado académicamente, y apuntó que 1 de cada 4 ninis está buscando trabajo, lo cual representa unos 56 mil 447 jóvenes de 15 a 29 años.
El informe de la Contraloría sustenta la cifra y plantea que el 60% de todas las personas que buscan empleo en Panamá se encuentra en esa franja de edad, pero solo obtienen 1 de cada 16 nuevos empleos estables generados por la economía. Los otros 15 son obtenidos por adultos mayores de 30 años. En contraste, hace 10 años era 1 de cada 4 nuevos empleos.
Al no atender el tema, dijo Quevedo, se estaría condenando a esta población a “una vida de dependencia de subsidios y otras políticas asistenciales del Estado, aparte de hacerlos susceptibles a incursionar en delitos”.
SE DEBE ACTUAR
Para Aida de Maduro, presidenta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), la raíz de la situación está en que “existe un vacío en el tema de la formación”.
Explicó que se han hecho varios estudios respecto a la necesidad de los cursos y personal que se requiere en las diferentes áreas del mercado laboral nacional.
“Sabemos cuáles son nuestras deficiencias y lo que tenemos que hacer, solo hace falta que se ejecute en base a los resultados de los análisis que ya se han hecho”, dijo de Maduro.
Por su parte, Gaspar García de Paredes, miembro de la organización civil Unidos por la Educación, apuntó que lo más importante es garantizar la presencia de los jóvenes en los centros escolares.
Informes estadísticos preliminares del Ministerio de Educación indican que 11 mil 550 estudiantes del nivel de premedia y media académica abandonaron las aulas antes de terminar el período lectivo en 2015. En 2014, esa cifra fue de 14 mil 405 jóvenes.
García de Paredes manifiesta que “se deben hacer ejercicios periódicos en el sistema educativo para saber qué funciona y qué no, lo que se debe cambiar, así como lo que se debe actualizar para que los muchachos se mantengan interesados y motivados en las escuelas”.
Tanto García de Paredes como de Maduro coincidieron en que este es “un reto” que requiere ser atendido de forma integral e inmediata para que el futuro del país no se vea comprometido.
LA PROPUESTA
En este contexto, el pasado 12 de julio, el diputado del Partido Revolucionario Democrático (PRD) Iván Picota presentó en la Asamblea Nacional el anteproyecto de ley 007, mediante la cual se prevé impulsar el empleo juvenil sostenible.
La iniciativa plantea la creación de un patronato público-privado, con el objetivo de generar sinergia entre ambos sectores para asegurar la preparación, el acceso y la permanencia de la población entre 15 y 29 años de edad al sistema educativo y al mercado laboral.
Picota explicó que además propone impulsar el establecimiento de incentivos a la formación técnica y a la promoción del empleo juvenil sostenible, al tiempo que plantea un programa de seguimiento al tema.
El patronato estaría compuesto por 11 instituciones públicas y privadas, liderado por el Ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral.
OTRAS REGIONES
Esta situación no es única de Panamá. La Organización Internacional del Trabajo apunta a que en el mundo hay 75 millones de ninis y un informe del Banco Mundial, publicado en enero pasado, precisa que en América Latina y el Caribe hay 20 millones.
Este último señala que uno de cada cinco jóvenes del continente es un nini y que en su gran mayoría (60%) proviene de hogares pobres o vulnerables. Además, que el 66%, es decir, 12 millones, son mujeres.
En términos absolutos, ubican a países como Brasil, Colombia y México con la más alta cantidad de ninis, principalmente porque estos tienen mayor población.
También se detalla que la vía más común para convertirse en un nini es la deserción escolar para empezar a trabajar –muchas veces en el sistema informal–, seguido del desempleo y la falta de posibilidad de encontrar un empleo formal por falta de preparación.
El documento añade que el problema se ve agravado por la presencia extendida del crimen organizado, elevando los riesgos que enfrentan los jóvenes y la sociedad en general.
Finalmente, se advierte de que ser nini puede tener efectos negativos a largo plazo sobre la productividad, reduciendo los salarios y las oportunidades de empleo de por vida y frenando el crecimiento económico.
