Dos años lleva la mascarilla convertida en un elemento más de la cotidianidad de los panameños, pero desde hoy lunes deja de ser de uso obligatorio en espacios cerrados o interiores.
Quedan algunas excepciones: el transporte público y selectivo, las instalaciones de salud y para los manipuladores de alimentos, según lo establece el Decreto Ejecutivo No. 101 del 1 de julio de 2022, dictado por el Ministerio de Salud (Minsa).
En los centros educativos es opcional, a pesar de que previamente el Ministerio de Educación (Meduca), mediante la circular DNA143-06 , informó a los directores de las escuelas que se mantendría su utilización dentro de las aulas de clases, a pesar del levantamiento de la medida de obligatoriedad.
La nueva decisión fue comunicada por el Meduca mediante un tuit el pasado 8 de julio, y surgió un día después de que se envió la circular a los diferentes directores regionales y de escuelas.
El uso de la mascarilla es opcional, a partir del próximo lunes 11 de julio, en los centros educativos oficiales y particulares del país, los acudientes que deseen enviar a sus representados con mascarilla, podrán hacerlo. #TrabajandoPorPanamá pic.twitter.com/HiaUp05aHp
— Ministerio de Educación de Panamá (@MeducaPma) July 8, 2022
Sobre el tema, el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, señaló que el uso de la mascarilla es opcional en interiores, pero se recomienda utilizarla a las personas que padecen alguna enfermedad en la que su sistema inmune se vea afectado.
La misma recomendación es para todas las personas mayores de 55 años y para aquellas que sufren de alguna enfermedad crónica que se pueda complicar con la covid-19.
Si bien el uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos o exteriores fue eliminado por las autoridades de Salud el pasado 28 de marzo, es común observar personas que optan por seguir utilizándola para evitar el contagio.
El infectólogo pediatra e investigador clínico Xavier Sáez-Llorens opinó que levantar la obligatoriedad no significa dejar de recomendar el uso de la mascarilla en sitios cerrados de mucha aglomeración y pobre ventilación, particularmente para personas de riesgo o gente que conviva con estas.
“La obligatoriedad de la mascarilla fue necesaria, porque se trataba de un virus desconocido, no se disponía de tratamientos efectivos, la gente no había asimilado la importancia de las medidas de protección personal, el proceso de vacunación fue lento por no disponibilidad masiva de dosis y la demanda hospitalaria amenazaba con un potencial colapso del sistema de salud. En la actualidad, sin embargo, la situación ha mejorado muchísimo en todos estos aspectos. Existe gran inmunidad poblacional (por vacunas + infecciones naturales) y las tasas de morbi-letalidad son notoriamente más bajas”, indicó.
Sáez-Llorens resaltó que la subvariante Ómicron BA.5, que circula ya en el país, es mucho más transmisible y evade parcialmente la respuesta inmune inducida por vacunación o infección previa.
Aunque las mascarillas han sido una de las grandes protagonistas de la pandemia, su uso obligatorio para la población general en multitud de países generó y sigue generando polémica.
No obstante, el mayor y más riguroso estudio sobre los efectos de la mascarilla para contener el virus SARS-CoV-2 confirmó lo que los científicos por meses plantearon: que funcionan.
Este estudio abarcó a cuando menos 342 mil 183 adultos de 600 aldeas de Bangladesh y se realizó entre noviembre de 2020 y abril de 2021.


