El Ministerio de Salud (Minsa) reiteró la presencia de la cepa Beijing de Mycobacterium tuberculosis en la provincia de Colón, una variante de la bacteria conocida por su mayor virulencia y capacidad de transmisión.
No obstante, las autoridades de salud descartaron una alarma, ya que los esquemas de tratamiento disponibles en Panamá siguen siendo efectivos y permiten controlar la enfermedad en la mayoría de los casos.
La cepa Beijing, más común en países asiáticos y en el territorio de la antigua Unión Soviética, se identificó en pacientes de Colón mediante análisis genéticos especializados, realizados con el apoyo del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat).
Los resultados del estudio mostraron que más del 93% de los pacientes evaluados presentaron sensibilidad a los medicamentos utilizados, lo que garantiza la eficacia tanto del esquema tradicional de seis meses como del nuevo esquema acortado de cuatro meses.
Edwin Aizpurúa, jefe de la Sección de Tuberculosis del Minsa, explicó que el estudio incluyó a 274 pacientes, de los cuales un 30 % portaba la cepa Beijing. Solo un 3 % correspondía a casos de tuberculosis drogorresistente, los cuales cuentan con un tratamiento específico de seis meses.
“Independientemente de la cepa diagnosticada, los pacientes deben culminar el tratamiento, ya que esta es la clave para asegurar la curación y evitar la transmisión comunitaria”, enfatizó.

En Colón, durante 2023 y 2024, alrededor del 20% de los pacientes abandonaron la terapia, lo que incrementa el riesgo de diseminación. Factores como el hacinamiento en las viviendas también favorecen la propagación de la tuberculosis en la región, que actualmente reporta 74 casos activos, con una tasa de incidencia de 24.36 por cada 100 mil habitantes.
Panamá dispone de diferentes opciones terapéuticas. El esquema estándar de seis meses incluye rifampicina, isoniacida, etambutol y pirazinamida. El nuevo esquema de cuatro meses combina rifapentina, moxifloxacino, isoniacida y pirazinamida en su fase inicial, y rifapentina, moxifloxacino e isoniacida en la fase de continuación. Estas alternativas ofrecen seguridad y eficacia para garantizar la recuperación de los pacientes.
Estudios previos sugieren que este linaje ingresó a Panamá entre 2002 y 2012, posiblemente desde Vietnam, y que su prevalencia se ha concentrado en Colón. Esta provincia presenta una de las incidencias más altas de tuberculosis en el país: en 2022 se registraron 152 casos, lo que representa una tasa de 45 por cada 100 mil habitantes, aproximadamente el 9 % de los casos nacionales.

La persistencia de este linaje no es un fenómeno aislado. Informes anteriores mostraban que en 2018 el 25.5% de los aislamientos de Mycobacterium tuberculosis en Colón correspondían a la cepa Beijing, cifra que aumentó a 44.1 % en 2020. Aunque el presente estudio muestra un 31.7% para el período 2021-2023, estos datos confirman que este linaje sigue siendo el más frecuente entre las variantes modernas en circulación en la provincia.
Este hallazgo recuerda que la tuberculosis continúa siendo un desafío para la salud pública en Panamá y que la detección temprana, el tratamiento oportuno y la vigilancia genómica son esenciales para proteger a las comunidades más vulnerables.
El Minsa reiteró su llamado a la población a realizarse pruebas diagnósticas si presentan tos persistente por más de dos semanas, cumplir los tratamientos de principio a fin y mantener los controles médicos. La detección oportuna y la adherencia al tratamiento resultan fundamentales para reducir la transmisión de la tuberculosis y salvaguardar la salud pública.

