El pasado mes de octubre se registró el mayor número de migrantes irregulares que cruzaron la frontera de Darién este año con un total de 59 mil 733, según las cifras del Servicio Nacional de Migración.
De acuerdo con un reporte de la entidad, entre enero y octubre de 2022, en los centros de recepción migratoria ubicados en Darién se han recibido a 211 mil 355 viajeros irregulares.
De los 59 mil 733 que cruzaron la selva darienita, procedentes de Colombia, 40 mil 593 fueron ciudadanos venezolanos. En 10 meses del presente año se reporta el paso de 148 mil 285 venezolanos.
La diferencia en la cantidad de migrantes de otros países en relación con los de Venezuela es significativa. En un segundo lugar están viajeros ecuatorianos con 15 mil 185 y haitianos con 12 mil 386.
Otra cifra a destacar es que en 10 meses se registra el paso por el tapón de Darién de 10 mil 918 menores de edad.
La mayoría de los migrantes irregulares hacen la travesía con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, en las últimas semanas la situación de los ciudadanos venezolanos tomó un giro luego que el pasado 13 de octubre el gobierno estadounidense aprobó la medida de no permitir el ingreso de ciudadanos de Venezuela que ingresaron de forma irregular a Panamá o México.
Esto llevó a que cientos de venezolanos desistieran de seguir el viaje cuando estaban en países vecinos de Centroamérica y tomaron la decisión de regresar a Panamá al considerar que es la mejor opción para poder retornar a su país. Otros detuvieron su marcha en tierras panameñas.
Al quedarse sin recursos económicos, la mayoría de estos viajeros venezolanos fueron ubicados en un albergue temporal en el sector de La Locería (Betania), el cual fue habilitado por la embajada de este país.
Entre donaciones y aportes del gobierno panameño cerca de 4 mil 500 venezolanos ya han regresado a casa.
Las autoridades panameñas han realizado dos reuniones con representantes de Colombia, Costa Rica y Estados Unidos para analizar la crisis migratoria en la región y se esperan otros encuentros para tomar acciones.
Panamá ha reiterado que la selva de Darién no es una ruta formal para transitar y busca que el resto de las naciones del área se sumen a las estrategias para desincentivar la migración irregular.


