Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Panamá (UP) reveló la presencia de bacterias y hongos con resistencia a antibióticos en fuentes de agua y en el aire de la capital, lo que representa un riesgo para la salud de la población, especialmente para personas con sistemas inmunológicos debilitados.
La investigación se llevó a cabo en el río Matasnillo, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Juan Díaz (PTAR) y la Bahía de Panamá. Según una publicación de la revista Hacia la luz de la UP, los hallazgos confirmaron la existencia de microorganismos capaces de soportar tratamientos antimicrobianos convencionales.
El estudio, titulado “Determination of Phylogroups, Pathotypes and Antibiotic Resistance Profiles of E. coli Isolates from Freshwater and Wastewater in the City of Panama”, fue publicado en la revista internacional Pathogens.
Entre los resultados se detectó la bacteria Escherichia coli en variantes patogénicas como la enterotoxigénica (ETEC) y la enterohemorrágica (EHEC), presentes en aguas que llegan a la PTAR de Juan Díaz. Esta última, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, es responsable de brotes de diarrea sanguinolenta en el mundo y está asociada con la toxina Shiga, altamente peligrosa para la salud humana.
De las 17 cepas aisladas en la planta de tratamiento, 16 resultaron multirresistentes y varias pertenecían a patotipos de importancia clínica. En contraste, las cepas detectadas en el río Matasnillo no eran multirresistentes, aunque sí presentaron resistencia parcial a ciertos antibióticos.
El investigador Dr. Alex O. Martínez Torres, integrante del equipo coordinado por el Dr. Jordi Querol Audi, explicó que el trabajo permitió estandarizar una metodología para identificar filogrupos de E. coli, clasificarlos en patotipos y determinar su potencial patogénico.
“Nuestro objetivo es conocer el grado de peligrosidad de estas bacterias en el ambiente, porque si las personas se enferman en la comunidad, necesitamos saber si los médicos podrán tratarlas con los antibióticos disponibles”, señaló.
Otro hallazgo importante fue que las bacterias resistentes pueden propagarse a través de aerosoles —pequeñas gotas formadas por el choque del agua contra piedras o barreras— que luego son transportadas por el viento, lo que amplía el riesgo de exposición por inhalación.

El Mgtr. Fermín Mejía, también parte del equipo de investigación y miembro de los laboratorios LAMEXA y LAMA de la UP, recordó que el río Juan Díaz es uno de los más monitoreados debido a la contaminación industrial a lo largo de su cauce. Las muestras recolectadas permitieron analizar bacterias resistentes mediante técnicas de filtración y pruebas específicas de resistencia.
Estudio sobre hongos en la Bahía de Panamá
La investigación también incluyó la detección de hongos patógenos y otros microorganismos en la Bahía de Panamá. La coordinadora de este componente, Dra. Gesabel Navarro, explicó que se tomaron muestras en 12 puntos, desde Costa del Este hasta la isla Flamenco, durante marea alta y en ambas temporadas climáticas.
“El grupo especializado en hongos encontró especies con relevancia médica, ya que pueden actuar como agentes causantes de infecciones en humanos y animales”, detalló Navarro.
Este proyecto, financiado por el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), buscó comprender la presencia de hongos, virus entéricos, bacteriófagos y parásitos, con el fin de evaluar los riesgos para la salud pública.
La Universidad de Panamá, a través de sus laboratorios y programas de formación, resaltó que continúa capacitando microbiólogos ambientales que trabajan en instituciones gubernamentales, empresas privadas y centros de investigación, contribuyendo al monitoreo de los recursos hídricos del país.

