Como cada año, del Jueves Santo, los fieles católicos en todo el mundo se suman a la tradicional visita a las siete iglesias, una devoción que tiene profundas raíces bíblicas y que fue impulsada por San Felipe Neri en Roma.
Según el medio católico ACI Prensa, esta práctica invita a los creyentes a acompañar a Jesús en las distintas etapas de su pasión, desde su agonía en el huerto de Getsemaní hasta su sepultura, haciendo memoria agradecida por los dones instituidos por Cristo en la Última Cena: la Eucaristía y el sacerdocio.
La tradición comienza la noche del Jueves Santo, tras la Misa de la Cena del Señor, cuando las iglesias conservan el Santísimo Sacramento en un tabernáculo especial o “monumento”, que permanece expuesto para la adoración de los fieles.
Durante el recorrido, los católicos se detienen en cada templo para meditar, orar y reparar por las ofensas cometidas contra Cristo. A cada visita, se le asigna un momento clave de la pasión:
Jesús en el huerto de Getsemaní, donde ora entre lágrimas y sudor de sangre

Jesús ante Anás, interrogado y abofeteado injustamente

Jesús en casa de Caifás, donde sufre falsos testimonios y la negación de Pedro

Jesús ante Pilato, calumniado y entregado a la muerte

Jesús ante Herodes, quien lo desprecia y ridiculiza

Jesús nuevamente ante Pilato, condenado a la crucifixión

Jesús en el sepulcro, en silencio y espera de la Resurrección



