El presidente de la República, José Raúl Mulino, en su conferencia de prensa de hoy, 30 de octubre, expresó sus condolencias a los familiares de las dos niñas que perdieron la vida al intentar cruzar una quebrada crecida, luego de las intensas lluvias registradas en la comunidad de Mironó, en la comarca Ngäbe Buglé.
“Lamentamos profundamente esta tragedia. Ojalá situaciones como esta no vuelvan a ocurrir”, manifestó el mandatario, quien destacó que su despacho, junto con el de la Primera Dama y otras organizaciones, está brindando apoyo a las familias afectadas para aliviar, en parte, la pérdida sufrida.
Mulino reconoció que, aunque durante el primer año de gestión se construyeron veinte puentes zarzos en distintas comunidades, los esfuerzos han sido “necesarios, pero no suficientes”. Añadió que existe un déficit histórico en infraestructura vial y peatonal en las zonas rurales e indígenas, el cual su administración busca subsanar progresivamente.
En ese sentido, anunció el inicio de un plan que contempla la construcción de más de cien nuevos puentes en distintos puntos del país, con el propósito de garantizar que los panameños puedan trasladarse con mayor seguridad hacia sus escuelas, centros de salud y lugares de trabajo.
“Tenemos un plan para cubrir más de 100 puntos con la construcción de nuevos puentes para que los panameños vayan más seguro a la escuela o al trabajo”, afirmó Mulino.https://t.co/rLx5Yn2AoO pic.twitter.com/coOpi8TGuV
— La Prensa Panamá (@prensacom) October 30, 2025
El mandatario informó que actualmente el Gobierno ejecuta un programa de obras en las comarcas por un monto de 85 millones de dólares, que incluye la entrega de dos nuevas escuelas y un centro de salud.
Asimismo, explicó que el Ministerio de Educación (Meduca) ha realizado un levantamiento de los principales cruces de ríos utilizados por los estudiantes para llegar a sus centros educativos. Este diagnóstico servirá como hoja de ruta para orientar las próximas construcciones y reforzar la seguridad en las comunidades más vulnerables.
“Vamos a terminar los proyectos que nunca se ejecutaron y a hacer lo que no se hizo”, enfatizó el presidente, subrayando su compromiso con el desarrollo equitativo y la seguridad de todos los panameños.
Durante los últimos veinticinco años, entre cincuenta y cinco y setenta personas —en su mayoría niños— han perdido la vida ahogadas al intentar cruzar los peligrosos ríos de la comarca Ngäbe Buglé para asistir a la escuela. Esta cifra conmovedora es solo un reflejo de la crisis sistemática que enfrenta la región, documentada por la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Fudespa) y Jóvenes Unidos por la Educación (JUxlaE).
En su informe titulado “Educación mortal: crisis sistemática de ahogamientos infantiles en la comarca Ngäbe Buglé”, se denuncia cómo el derecho a la educación se ha convertido en un riesgo mortal debido al abandono estatal, la marginación étnica y la falta de infraestructura básica.
El informe califica esta situación como una crisis humanitaria prolongada y una grave violación de los derechos humanos. La tragedia no es un accidente inevitable, sino el resultado de un sistema que no ha cumplido con sus responsabilidades, poniendo en peligro la vida de los menores a cambio de su educación.
El epicentro de estas tragedias es el río Cricamola, ubicado en el distrito de Kankintú, donde en los últimos años nueve niños han sido arrastrados por sus aguas al intentar cruzarlo. Este peligro no se limita a un solo río, ya que otras comunidades, como Mayo, Nutiví, Trinchera y Piedra Roja, sufren una situación similar. Sin puentes seguros, los estudiantes deben usar frágiles estructuras de bambú o poleas improvisadas para cruzar los ríos caudalosos, exponiéndose a ahogamientos mortales.


