El uso de las mascarillas para la prevención del contagio del nuevo coronavirus fue una de las medidas más oportunas que recomendó el Ministerio de Salud a la población desde el 3 de abril de 2020.
Así lo indica el informe de situación del país publicado esta semana por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cual menciona que gracias a las campañas educativas y a las regulaciones, los panameños poco a poco las adoptaron y aprendieron a usar este elemento, que hoy vemos masivamente.
“El uso de las mascarillas junto con el distanciamiento físico, el lavado de manos y las medidas de higiene y limpieza son elementos esenciales en la prevención del contagio del Covid-19. El acatamiento de estas medidas por la población muy seguramente han sido determinantes en el control de la transmisión y han influido en la tendencia de los indicadores”, sostiene el organismo internacional.
Según la OPS la evidencia ha demostrado que es posible la transmisión por aerosoles, en particular en lugares cerrados donde hay espacios muy concurridos y con una ventilación insuficiente, en los que las personas infectadas pasan largos periodos de tiempo con otras.
En ese contexto, resalta que uno de los pilares del control de la epidemia es el uso generalizado de las mascarillas, que no solamente actúan como una barrera física para que la persona que la use no se contagie, sino que hace el trabajo inverso, es decir, impide que una persona sintomática o asintomática, pueda contagiar a otros.
El organismo usó como ejemplo una hipótesis de investigadores de la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos, la cual fue publicada en el New England Journal of Medicine este mes y que establece que si una persona se infecta usando una mascarilla, la carga viral sería tan poca, que terminaría causando una forma asintomática de la enfermedad.
Conforme a la investigación en dos brotes recientes en plantas procesadoras de alimentos de Estados Unidos, todos los trabajadores recibieron diariamente máscaras y se les pidió que las usaran. Allí la proporción de infecciones asintomáticas entre las más de 500 personas que se infectaron fue del 95%.
Además dice el estudio que las tasas de letalidad en países con uso de la mascarilla obligatorio o forzado en toda la población se han mantenido bajas.
“En última instancia, combatir la pandemia implicará reducir tanto las tasas de transmisión como la gravedad de la enfermedad. La creciente evidencia sugiere que el uso de la mascarilla facial en toda la población podría beneficiar a ambos componentes de la respuesta”, concluyó la investigación de la Universidad de California.

