Durante la última semana epidemiológica —comprendida del 14 al 20 de agosto— se confirmaron en Panamá cuatro casos del virus de la viruela símica, lo que lleva a una cifra total de siete casos.
Así lo muestran los reportes del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa), en los que se detalla que los últimos dos casos corresponden a hombres panameños de 56 y 36 años.
La directora general de Salud, Melva Cruz, manifestó que ambos pacientes, sin relación alguna, presentaron lesiones en la piel y por el incremento de estas acudieron a una instalación hospitalaria, en donde fueron evaluados clínicamente. Los pacientes llevan “su aislamiento” en las instalaciones del Hospital San Miguel Arcángel, en el distrito de San Miguelito, debido a que no contaban con las condiciones requeridas para una cuarentena en su residencia.
“En su condición general de salud, ambos pacientes se encuentran estables”, destacó Cruz, quién indicó que una vez se tiene un caso sospechoso se activa la vigilancia epidemiológica pertinente, los equipos de trazabilidad y de respuesta rápida.
Recordó que la transmisión de la viruela símica se da de persona a persona y puede producirse por lesiones cutáneas, de una persona infectada a otra, fluidos respiratorios y corporales y también a través de la ropa infectada o de alguna superficie que haya tenido contacto con las lesiones.
Los expertos en infectología y epidemiología plantean que actualmente en el país no hay transmisión comunitaria del virus de la viruela símica, ya que los siete casos que se han registrado en el país no tienen vinculación entre sí.
Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que hasta el pasado 18 de agosto se reportaban un total de 39 mil 110 casos confirmados por laboratorio, 191 casos probables y 12 muertes.
La OMS plantea que desde el 13 de mayo de 2022 se ha notificado una alta proporción de estos casos en países sin transmisión de viruela símica previamente documentada. Esta es la primera vez que se notifican casos y cadenas de transmisión sostenidas en países sin vínculos epidemiológicos directos o inmediatos con zonas de África Occidental o Central.


