Panamá crece, pero las desigualdades se mantienen en la población, con brechas sociales, económicas y ambientales, como reveló el Informe Nacional de Desarrollo Humano: “Develando el futuro: entre desigualdades y nuevos desafíos”, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El consultor del PNUD, Ricardo Fuentes Nieva, explicó que el crecimiento económico de Panamá está muy por encima de la región de Latinoamérica; sin embargo, aún existen zonas del país que están muy rezagadas, como las comarcas Ngäbe Buglé, Emberá Wounaan y Guna Yala.
#AgendaPaís🇵🇦 Presentación desarrollo humano y desigualdades presentes y futuras en Panamá por @rivefuentes, consultor de @PNUDPanama experto en desarrollo humano. pic.twitter.com/9rKHLg1EnC
— Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura (@CCIYAP) February 7, 2024
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), Panamá lideró el crecimiento económico de la región en el año 2023, con una tasa del 6.1%, colocando al país como el de mayor dinamismo en la región.
De acuerdo con el informe, entre 2019 y 2022, el índice de desarrollo humano, que mide los indicadores de ingreso, educación y salud, creció en casi todas las provincias, pero se observa una desigualdad entre algunas regiones, lo que demuestra que hay partes del país con niveles de desarrollo humano parecidos a Europa y otras con oportunidades de vivir como en África.

Fuentes Nieva, detalló que existe un descontento generalizado en la población panameña sobre cómo está funcionando la sociedad y que esto tiene que ver con las brechas que existen en temas como calidad de salud, educación, vivienda y servicios, seguridad social, acceso al agua y empleo.
El consultor del PNUD manifestó que “existen no solo dos Panamá, existen varios y tienen condiciones y oportunidades muy distintas, lo que explica la desconfianza de la población”.
El acceso a servicios básicos, mercados laborales y financieros, educación, salud y tecnología es limitado, sobre todo para algunos grupos dependiendo de su territorio, género y pertenencia económica, según destaca el informe.
El informe también reveló que en la población existe una percepción de injusticia basada en estas brechas, y que puede verse reflejada en diversos aspectos del desarrollo humano en Panamá.
La confianza interpersonal en las instituciones, el grado de inestabilidad política, la efectividad del gobierno, la calidad regulatoria, el Estado de derecho y el control de corrupción son débiles, lo que obstaculiza el desempeño de las instituciones y las interacciones entre personas y agencias, según indica el documento.
Con respecto a los desafíos, el informe indica que el cambio tecnológico es una gran oportunidad para el mundo, pero no necesariamente ha representado el bienestar para la humanidad. “Se necesita un cambio tecnológico dirigido, que incluya a las personas y no sustituya el empleo”.
Según Fuentes Nieva, “al hablar de tecnología, se habla del mercado laboral y también de educación de calidad. Si no hay una capacidad de integrar a la mayoría de la población con educación digitalizada y con nuevas tecnologías, puede haber una exclusión mayor y ampliar la brecha social”.
El documento también señala que el acceso a un trabajo digno es importante, pero debe acompañarse mediante la inclusión de tecnología e infraestructura. El cambio tecnológico podría potenciar la productividad y acelerar aún más el crecimiento económico, pero al mismo tiempo podría profundizar las desigualdades.
La otra gran dinámica son los cambios medioambientales y los recursos naturales. El cambio climático tiene un costo regresivo, que afectará más a quienes menos tienen, debido a la ausencia de oportunidades para protegerse y reconstruir los activos que se pierden debido a los desastres naturales.
El consultor del PNUD acotó que los recursos naturales son también una fuente de riqueza, y su uso y explotación bien gestionados pueden crear un ciclo virtuoso de desarrollo humano y equidad.
En conclusión, Panamá ha logrado avances significativos en términos de crecimiento económico y reducción de la pobreza, entre otros logros, pero aún enfrenta profundas disparidades en varios aspectos cruciales del desarrollo humano.
Estas disparidades son particularmente evidentes para ciertos grupos socioeconómicos y demográficos, como las personas del campo, los indígenas y las mujeres.
Carlos Smith, vicepresidente de la Cámara Panameña de Desarrollo Social (Capadeso), explicó que dentro de su organización también han analizado y creado propuestas enfocadas en áreas como educación, salud, ciclo vital (desde el nacimiento hasta la vida adulta), medio ambiente y derechos humanos.
Con respecto a la educación, Smith manifestó que tras la pandemia muchos niños quedaron con dificultades, por lo que la organización propuso realizar un programa intensivo de recuperación de aprendizajes en los estudiantes, además de generar programas de educación flexible para los jóvenes que, debido a diversas causas, abandonaron el sistema educativo y puedan reintegrarse al mismo, de esta manera, no se amplía más esa brecha en educación.
Datos del Ministerio de Educación (Meduca) dan cuenta de que, durante los dos últimos años de pandemia por la covid-19 (2020 y 2021), se registró la salida de 12,785 estudiantes del sistema educativo.
La presentación del Informe Nacional de Desarrollo Humano: “Develando el futuro: entre desigualdades y nuevos desafíos”, se dio en medio del Foro Visión 2024-2029 que organizó la Cámara de Comercio e Industria y Agricultura de Panamá (CCIAP), realizado el pasado jueves 7 de febrero.

