El programa Aprendizaje Acelerado del Ministerio de Educación (Meduca), que se utiliza para permitir el reingreso de estudiantes que abandonaron el sistema educativo por diversas razones durante la pandemia de la covid-19, tiene este año 5 mil 300 estudiantes.
Los datos proporcionados por el Meduca dan cuenta que el registro de estudiantes en el programa ha disminuido con el tiempo, ya que en 2021 participaron 11 mil 518 alumnos; en el 2022 eran al menos 9 mil 82 estudiantes.
La directora de Educación Básica General del Meduca, Lizgay Girón, detalló que el programa mantiene los mismos objetivos educativos para todos los estudiantes, pero se utilizan diferentes estrategias donde los docentes organizan el proceso de enseñanza tomando en cuenta el contexto y los estilos de aprendizaje de sus alumnos.
Además, explicó que en este programa, el año escolar se divide en dos ciclos, con una duración de dos trimestres cada uno. El primer ciclo corresponde al año escolar 2020 y el segundo ciclo corresponde al 2021.
El estudio Niñez fuera de la escuela y en riesgo de exclusión educativa en Panamá, elaborado por un equipo de especialistas en educación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), junto con el Meduca, que incluyó análisis de datos, revisión de más de 150 documentos e investigaciones en campo en diferentes regiones del país, encontró que entre 2019 y 2020 había 100 mil alumnos entre 5 y 20 años de edad fuera de la escuela.
De hecho, la investigación arrojó que al menos 73 mil niños y adolescentes asisten a las escuelas con dos años y más de sobreedad, con mayor probabilidad de abandono. Mientras que otros 119 mil niños y adolescentes tienen un año de sobreedad.
Aunque la cifra de estudiantes que ingresó este año al sistema educativo es positiva, Humberto Montero, vocero de la Asociación de Maestros Veragüenses, manifestó que la estrategia que ha llevado adelante el Meduca no ha llenado las expectativas, porque no se tienen cifras específicas de los estudiantes desertores por año, pues solo manejan estimaciones de los que abandonan las aulas.
Subrayó que por materia se reducen los contenidos que se brindan a los estudiantes, lo que resta calidad a la educación, es decir, no se compensa lo que realmente se ofrece en un periodo escolar regular.
A juicio de Montero, reducir los contenidos de las asignaturas es una situación compleja, porque los estudiantes pasan los grados con una debilidad de conocimientos básicos de las especialidades que dicta el plan de estudio.
El dirigente docente y miembro también del Consejo Permanente Multisectorial para la Implementación del Compromiso Nacional por la Educación (Copeme) recordó que se elaboró un programa para retención y reinserción a las escuelas; sin embargo, son pocas las direcciones regionales que lo implementaron.
Para Montero, el actual programa requiere ajustes para que se le ofrezca educación de calidad a este grupo de estudiantes.
El estudio de Unicef dado a conocer hace un año indica que en Panamá hay varias barreras que llevan a la exclusión del estudiante, como son la oferta educativa insuficiente, el currículo académico sobrecargado, las transiciones de nivel educativo difíciles y las contextualizaciones fallidas.
Además, planteaba que se debe armar una ruta de alerta y solución temprana, para que los educadores reconozcan cuando un estudiante está en riesgo de abandonar la escuela.
También buscar mecanismos para atraer a los niños y adolescentes que abandonaron la escuela mediante una educación flexible, así como acciones focalizadas en regiones y escuelas con mayores desafíos de exclusión.


