La influencia o el paralelismo suelen ser fenómenos recurrentes en el arte, sin que ello constituya necesariamente, el tener que merecer el calificativo de copia o plagio por parte de un determinado artista. Desde luego que existe una delgada y sutil línea divisoria en tal sentido, por lo que el tema, ciertamente es capaz de generar polémica o discusiones estéticas válidas entre conocedores o entusiastas coleccionistas.
Sin embargo, en el mundo globalizado de hoy, al igual que ocurre en la literatura, las influencias y los paralelismos son inevitables en el buen sentido de ambos términos. Así se explica la existencia de determinadas tendencias o estilos comunes entre artistas, que perduran en el tiempo a lo largo de la historia. El Impresionismo constituye sin duda, un muy significativo ejemplo de este fenómeno, en el que, siempre es posible reconocer o diferenciar el sello o impronta de cada artista dentro de una misma tendencia o estilo. De esta forma -nadie puede confundir un Monet con un Renoir o un Van Gogh- pese a ser todos ellos impresionistas.
En nuestro país, la denominada Escuela de Azuero, constituye otro ejemplo relevante sobre este comportamiento entre artistas que se ven influidos por una tendencia o hilo conductor que entrelaza su obra, pero ello no impide reconocer o desarrollar el individualismo creativo de cada artista. En este caso, la influencia del maestro Raúl Vásquez Sáez (q.e.p.d.) resulta innegable en cada discípulo, amigo o artista del área de Azuero que tuvo oportunidad de compartir, estudiar o valorar su legado artístico.
Dicho lo anterior, ahora quiero referirme a dos grandes artistas panameños, que a mi juicio constituyen un ejemplo adicional y puntual de la ocurrencia del paralelismo, o influencia en el arte en nuestro medio. Me refiero al maestro Guillermo Trujillo (q.e.p.d.) y al también chiricano Edwin Miranda recientemente fallecido.
Sin duda, Guillermo Trujillo fue uno de los artistas más prominentes de mediados del siglo XX en Panamá. Nacido en Horconcitos (Chiriquí), -una zona caracterizada por la abundancia de restos arqueológicos precolombinos-, por lo que resulta fácil entender su predilección por los temas vinculados a los aspectos espirituales y religiosos de los pueblos indígenas. En sus obras podemos encontrar representados de manera estilizada toda suerte de talismanes, amuletos, ocarinas y muchos otros simbolismos y elementos del arte indígena precolombino de nuestro país. La característica predominante de su obra a partir de los años ochenta, fue la presencia de figuras antropoides verticales basadas en los nuchos - bastones ceremoniales que las tribus indígenas de Panamá usan en sus rituales-.

Trujillo desarrolló como técnica especial, una especie de puntillismo tanto en sus composiciones multicolores como en las monocromas. Exploró la luz en una serie de pinturas de figuras y de paisajes estilizados llenos de un color exuberante e imbricado, pletórico de elementos entrelazados
En palabras de Mónica Kupfer -Trujillo es el pintor panameño que más parece haber capturado la esencia de su país-. En efecto, el legado que Trujillo dejó, fue muy amplio; no solo en su vasta obra, sino como persona, puesto que, además, fue un gran promotor de los jóvenes artistas a quienes aconsejó y apoyó siempre.
Por su parte, Edwin Miranda desde muy temprano, se constituyó en un ferviente admirador y estudioso de la obra del maestro Trujillo, por lo que desarrolló una temática y técnica, bastante coincidente, al punto que pueden reconocerse con facilidad elementos comunes en la obra de ambos artistas, como el puntillismo y los elementos imbricados de referencia indígena, así como el exuberante colorido con veladuras superpuestas. No obstante, pese a las marcadas coincidencias con Trujillo, la obra de Miranda posee una innegable identidad propia, que le permitió al artista, construir su propio y genuino legado para la posteridad y la historia del arte en Panamá, al igual que lo hizo el maestro Trujillo y lo han hecho también, otros grandes artistas, que desafortunadamente, ya no están con nosotros.
El autor es escritor y pintor


