WASHINGTON, Estados Unidos (Bloomberg News). -Toda persona que haya acercado un teléfono inteligente al oído o mirado una película con una laptop sostenida en equilibrio sobre las rodillas sabe que los dispositivos se calientan.
La mayoría ignora que esa misma tecnología de baterías se utiliza en los autos eléctricos y ha experimentado algunos avances notables en un decenio.
Las baterías de ión de litio (también llamadas baterías Li-Ion) recargables se volvieron costosas para General Motors Co. cuando se incendiaron en su auto Volt con enchufe durante las pruebas de seguridad en 2011. También dejaron sin volar al flamante avión Dreamliner de Boeing Co. en enero.
El año próximo, International Business Machines Corp. proyecta lanzar un prototipo de una alternativa que llama “litio-aire” que marcaría un gran avance acumulando más capacidad de almacenamiento.
Mejorar la tecnología depende, por cierto, de procesos químicos cuyo perfeccionamiento lleva más tiempo que los sistemas que traían una electrónica barata, pero encontrar una solución a las desventajas de las baterías tiene el potencial de revolucionario todo, desde el transporte hasta los aparatos manuales.
“Elegimos el camino con los mayores riesgos y las mayores recompensas”, dijo en una entrevista Spike Narayan, director de ciencia y tecnología de IBM Research en San José, California. “Es un salto enorme”.

