Siete de cada diez niños en América Latina ya cuentan con un teléfono móvil propio, lo que significa que desde muy temprano tienen acceso a aplicaciones, juegos en línea y billeteras digitales, según cifras de firmas especializadas.
Esto, de acuerdo los expertos, ha cambiado la manera en que aprenden a relacionarse con el dinero: muchos realizan sus primeras compras en entornos virtuales, cada vez más distanciados del efectivo.
Un informe de la empresa Kaspersky advierte que este escenario plantea un nuevo reto para los padres: enseñar a sus hijos no solo a manejar sus finanzas, sino también a protegerse en el mundo digital.
Sin educación en ciberseguridad, prácticas como el ahorro o la planificación de gastos pueden verse fácilmente vulneradas por fraudes, ofertas engañosas en juegos, suscripciones ocultas o intentos de robo de identidad, destaca.
La compañía recomienda que la educación financiera infantil se adapte a estas dinámicas, integrando la disciplina en el uso del dinero con la conciencia sobre riesgos en línea.
Entre las medidas que los padres pueden aplicar están establecer límites claros de gasto, fomentar el uso de métodos de pago supervisados, proteger dispositivos y contraseñas, además de vigilar suscripciones y cargos automáticos que suelen pasar inadvertidos.
El objetivo, señalan los especialistas, es que los niños desarrollen independencia y responsabilidad en el manejo de sus recursos, pero con la capacidad de reconocer amenazas digitales que ya forman parte de su vida cotidiana.

